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Dentro de una nueva tendencia artística, llamada Nueva objetividad, surgió el verismo (término derivado de la palabra latina veritas: verdad), movimiento que representaba exageradamente cada escena de la vida diaria de la República de Weimar, que fue como se conoció un período de la historia alemana que abarcó desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta el advenimiento del nacionalsocialismo (1918-1933). El verismo fue, entonces, la respuesta pictórica a la crisis de la posguerra de los artistas que tenían conciencia social.

Sus principales representantes fueron: George Grosz, Rudolf Schlichter y Otto Dix, que con duros trazados de línea reprodujeron directamente a mutilados y la miseria de la sociedad.