Nació en Nápoles, Italia, el 25 de enero de 1811. Sus padres fueron Raffaello Cicarelli y Appolonia Mencori. Estudió Arte en el Instituto Real de Bellas Artes de Nápoles y más tarde en Roma.
En 1843, Cicarelli conoció al emperador Pedro II de Brasil, quien lo contrató para desempeñarse como maestro de pintura de la emperatriz María Teresa de Borbón y promotor de las artes en dicho país. Así fue como se convirtió, a los 33 años, en el principal artista de Brasil y fue el encargado de reformar la Academia de Río de Janeiro.
En 1849, aceptó la proposición del cónsul chileno en Brasil, Carlos Hochkolf, para viajar a nuestro país para fundar y dirigir la Academia de Pintura y Escultura de Santiago. Las enseñanzas en este lugar se apegaban a la tradición académica europea y los cánones grecorromanos.
Como pintor, fue principalmente retratista, aunque le gustaban los temas religiosos. Entre sus numerosas obras, se destacaron la serie de personajes históricos que inició por orden del gobierno del presidente Manuel Bulnes y los cuadros Filoctetes abandonado y Telémaco escuchando el canto de Termosivi, obras por las que recibió el segundo premio en una exposición en Roma.
Luego de dejar la dirección de la Academia en 1869 –fue reemplazado por el alemán Ernesto Kirchbach–, se dedicó a labores filantrópicas. Falleció en Santiago el 5 de mayo de 1879.
Glosario
– Filantrópica: Perteneciente a la filantropía, que es el amor al género humano.
¿Sabías que?
Cicarelli recibió la NACIONALIDAD chilena en 1853.
