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Nació en Lecaros, Navarra, España, en 1811, y murió en Lima en 1784. Sus padres fueron Matías de Jáuregui y Juana María de Aldecoa. A los 25 años ingresó a la carrera de las armas, que lo llevó a prestar servicios en Cartagena de Indias, ciudad atacada por los ingleses en 1740. Además sirvió en los distintos destinos militares de Honduras, Puerto Rico y La Habana. En 1772, cuando residía en España, fue nombrado Gobernador de Chile por Carlos III. En octubre de ese año se embarcó hacia este país junto a su hijo Tomás, vástago de su matrimonio con María Luisa de Aróstegui Basave-natural de La Habana, con quien se había casado en aquella ciudad-, la que permaneció en España. Además de Gobernador en Chile, Jáuregui fue Virrey del Perú desde 1780 hasta su muerte.

El orden público

Nació en Lecaros, Navarra, España, en 1811, y murió en Lima en 1784. Sus padres fueron Matías de Jáuregui y Juana María de Aldecoa. A los 25 años ingresó a la carrera de las armas, que lo llevó a prestar servicios en Cartagena de Indias, ciudad atacada por los ingleses en 1740. Además sirvió en los distintos destinos militares de Honduras, Puerto Rico y La Habana. En 1772, cuando residía en España, fue nombrado Gobernador de Chile por Carlos III. En octubre de ese año se embarcó hacia este país junto a su hijo Tomás, vástago de su matrimonio con María Luisa de Aróstegui Basave-natural de La Habana, con quien se había casado en aquella ciudad-, la que permaneció en España. Además de Gobernador en Chile, Jáuregui fue Virrey del Perú desde 1780 hasta su muerte.

Una de las primeras ocupaciones de Jáuregui al sumir el mando el 6 de marzo de 1773, fue el orden público. En junio del mismo año aprobó una ordenanza de policía que se caracterizaba por su severidad: prohibió que los individuos circulasen armados; castigó con azotes el hurto de animales; los pulperos que no cerraran sus tiendas a la hora establecida serían multados, etcétera. Asimismo, de acuerdo con el obispo Alday, restringió la práctica del derecho de asilo eclesiástico, que sólo tendría vigencia en los templos de Santa Ana y San Isidro.

El parlamento de Tapihue

Al igual que la mayoría de los gobernantes del siglo XVIII, al poco tiempo de iniciar su mandato, Jáuregui celebró un parlamento con los naturales. Habiendo recibido a los embajadores de los indígenas en Santiago en abril de 1774, se reunió con varios caciques en Tapihue, cerca de Yumbel, en diciembre siguiente. Se hizo el tradicional intercambio de regalos, los festejos y se acordaron los términos de paz entre ambos bandos. Uno de los acuerdos fue el establecimiento de un colegio para los naturales, igual al que había existido tiempo atrás y que había sido manejado por los jesuitas; fue así como en 1775 se abrió, en Santiago, el Colegio de San Pablo.

Reformas militares

Una de las reformas dignas de mención impulsadas por Jáuregui- sugerida por Ambrosio O’Higgins- es la que llevó a cabo en las milicias. Se crearon dos regimientos de caballería, que ocuparon un total de 1.400 plazas militares. También, se organizó un regimiento de infantería, llamado Del Rey, con 800 hombres. En el ejército profesional, se redistribuyeron las fuerzas en la frontera de Arauco y en Santiago. Además, se propuso a la consideración del Rey un nuevo plan de sueldos, que mejoraban en algo los emolumentos de los soldados, iniciativa aprobada por Carlos III en enero de 1778.

Revueltas por los impuestos

La aplicación de las reformas no siempre fue fácil. En 1772, la Corona reformó el sistema que se empleaba para el cobro de algunos impuestos, poniendo fin al arriendo de la exacción de ellos. En adelante serían cobrados directamente por la Corona. La oposición de los comerciantes no se dejó esperar pues sus intereses se verían perjudicados, pero las autoridades no oyeron sus quejas (1774) y el contador mayor interino, Gregorio González Blanco, empezó a aplicar las nuevas disposiciones. Los reclamos fueron creciendo y casi se llega a un levantamiento armado. El movimiento de resistencia fue logrando algunas de sus peticiones y la tranquilidad volvió a reinar.

Cambios administrativos y económicos

A Jáuregui le correspondió aplicar varias resoluciones que, emanadas desde España, venían a cambiar la fisonomía del país y de su gente. Así, en 1776 se creó el virreinato de Buenos Aires, al que fue incorporada la provincia de Cuyo, hasta entonces dependiente de Chile. De este reino se segregaban tres ciudades: Mendoza, San Juan y San Luis. También debió hacer cumplir la Real Cédula que estableció el libre comercio (1778), la que autorizó el tráfico entre varios puertos españoles y americanos- entre ellos, los chilenos de Valparaíso y Concepción-y permitió la utilización de la ruta del Cabo de Hornos, lo que significó un importante beneficio para el país. Otro aspecto importante de su gobierno fue el censo que ordenó efectuar en 1778, el que dio como resultado un total de 295.646 habitantes. Ese mismo año se fundó en Santiago el Colegio de San Carlos, en reemplazo del Convictorio de San Francisco Javier, que había sido administrado por los expulsados jesuitas. En mayo de 1778, debió enfrentar las inundaciones provocadas por las crecidas del río Mapocho.

Virrey del Perú

Agustín de Jáuregui dejó la gobernación de Chile en 1780, cuando fue nombrado Virrey del Perú, cargo que desempeñó hasta su muerte. A su arribo a la capital virreinal se le ofreció una recepción, correspondiéndole a José Baquíjano, uno de los intelectuales más destacados de la historia del Perú, pronunciar un discurso en elogio del nuevo vicegobernante. Como Virrey, Jáuregui debió enfrentar el movimiento rebelde encabezado por José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Tupac Amaru, que pretendía establecer reivindicaciones para los indígenas peruanos.


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