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Existen varias versiones acerca del origen de la frase rock and roll: algunos la atribuyen a un término que usaban los marinos para designar los movimientos de una embarcación (rock: hacia adelante y atrás; y roll, hacia los lados); otros sostienen que se originó en la forma de alabanza a Dios que tenían los cantantes negros del gospel.

Cualquiera sea el origen, lo cierto es que este ritmo es producto de la fusión de otros estilos musicales, como el country (música campesina blanca de Estados Unidos, especialmente del sur), rhythm and blues (estilo que surge gracias a las guitarras eléctricas que permitieron darle ritmo al blues), blues y el propio gospel, pero más acelerado en su ritmo.

Fue el discjockey Alan Freed quien comenzó a llamarlo rock and roll y normalmente se sitúa la fecha de su nacimiento en 1955, cuando el grupo Bill Haley y sus Cometas toca la canción Rock around the clock. Poco después surgieron otros músicos que favorecieron la consolidación del rock and roll, como Little Richard, Chuck Berry, Budy Holly o Jerry Lee Lewis. Sin embargo, ya antes se rockeaba, ya sea a través de baladas románticas o números bailables movidos, los llamados rockers.

La naturaleza agresiva y contestataria del rock and roll se manifestó en la reacción contra la música comercial de la época. Se protestaba contra los grandes como Frank Sinatra o Perry Como. Además, se resquebrajaba el racismo, muy arraigado en esos años, al integrar en la música a negros y blancos. Y, por último, por primera vez nacía un movimiento hecho exclusivamente para los jóvenes. El rock servía para molestar a papá.

El rey

A pesar de todos los grupos y cantantes en boga, todavía no aparecía la figura que le diera peso y fama universal al rock and roll. De eso se encargó Elvis Presley (1935-1977), quien con su vestimenta de cuero negro, pelo engominado, actitud de permanente indiferencia, movimientos corporales considerados como pecaminosos para la época, tuvo a toda la juventud a sus pies. Bastaba que fuera criticado por los adultos para que los jóvenes lo adoraran.

Pero Elvis era más que eso, pues supo transmitir la fuerza, el ritmo y sensualidad de los cantantes negros, que no podían ir más allá de los límites raciales impuestos por la sociedad blanca. Claro que también sus aptitudes musicales, especialmente su voz, lo consolidaron como una súper estrella. De ello quedan como su legado 131 discos y sencillos, muchos de ellos multiplatino, y los billones de dólares en ganancias. Entre sus clásicos destacan: Heartbreak hotel, Love me, Jailhouse rock y Always on my mind.