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Este brillo no es como un fuego que arde, sino que es una reacción de estos gases al calor y a la presión del Sol que hacen que los átomos se «fusionen». Esta fusión produce energía nuclear.

Hace 4.5 billones de años se formaron el Sol y los planetas de una nube de gas interestelar. Esta nube de gas gradualmente se condensó para formar una «protoestrella,» una esfera de gas que resulta más y más caliente a causa de la gravedad que la condensa, hasta que alcanza 18 millones de grados Fahrenheit (10 millones de grados centígrados). Este calor intenso produce reacciones nucleares y causa que el Sol brille. Hay bastante hidrógeno en el núcleo del Sol para darle brillo por unos 5 billones de años adicionales.

Capas del Sol
Se denominan como sigue desde el exterior hacia el interior

Corona,
La atmósfera externa del Sol. El gas es muy caliente y se dispersa en una capa muy fina, por lo cual, únicamente vemos la Corona durante un eclipse de Sol total, cuando la Luna oculta el perímetro del Sol completamente.

Cromosfera
Esta capa bordea la superficie del Sol. Frecuentemente inmensas llamaradas de gases candentes se lanzan a través de la cromosfera, extendiéndose más de 10 millones de millas más allá de la superficie del Sol. Estas llamaradas dispersan partículas eléctricas que pueden afectar las señales transmitidas por la radio y la televisión y pueden producir manifestaciones coloridas que se conocen como la aurora boreal o la aurora austral.

Fotosfera
La superficie visible del Sol. Aunque todavía hace mucho calor (cerca de 10,000 grados Fahrenheit) en la fotosfera, no es tan ardiente en comparación a las capas interiores del Sol. De vez en cuando, manchas obscuras y frías con campos magnéticos intensos llamadas manchas solares, aparecen sobre la fotosfera. La gran parte de estas tempestades magnéticas gigantes son mayor en tamaño que nuestra Tierra. El número de manchas solares aumenta y disminuye cada 11 años, aunque los astrónomos no están seguros de por qué esto sucede.

Zona Convectiva
El proceso de convección – el mismo proceso que causa que hierva una olla de caldo – transporta energía de la zona radiactiva del Sol hacia la fotosfera. Imágenes detalladas de la fotosfera muestran burbujas grandes de gas caliente elevándose desde lo más profundo del Sol. La Zona Radiactiva. El transporte de energía del núcleo «radía» hacia el exterior y se realiza a través de esta capa de gases de hidrógeno y de helio hacia la zona convectiva.

Núcleo
El hidrógeno dentro del núcleo está tan compactamente compreso que los átomos individuales chocan entre sí, formando átomos de helio más pesados y liberando grandes cantidades de energía en el proceso. Sin embargo, esta energía toma miles de años en llegar de la fotosfera hacia el espacio.

Si tú viajaras al Sol

El Sol es demasiado caliente para que cualquier cosa pudiera descender sobre su superficie, o para que algo se le acerque. Si tú pudieras pararte o flotar en los cambiantes y brillantes gases del Sol, es muy probable que no te puedas mover debido a la gran fuerza gravitacional del Sol que te haría pesar miles de libras; un brazo pesaría lo mismo que pesa todo tu cuerpo en la Tierra. Desde la superficie, tu verías inmensas llamaradas de gas caliente extendiéndose miles de millas hacia el espacio, y la superficie entera del Sol parecería hervir como una olla de caldo.