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¿Sabías que el legado de los griegos se mantiene hasta nuestros días? El primer lugar en la zona del Mar Egeo que conoció a los precursores de los griegos fue la isla de Creta, donde hacia el año 3000 a.C. se establecieron los primeros pueblos que venían del Asia Menor.

Ellos organizaron la civilización cretense o minoica, palabra derivada de Minos, el rey mitológico que tuvo la isla de Creta.

Seguramente, los griegos jamás imaginaron en sus comienzos como civilización que serían un modelo para toda la cultura occidental, con la cual nosotros nos identificamos en la actualidad.

El arte, la historia, la filosofía, la literatura, las matemáticas, la geometría y la medicina, principalmente, fueron parte del legado de los griegos.

¿Has escuchado hablar del teorema de Pitágoras, de las tragedias griegas en teatro o del juramento de Hipócrates? Bueno, solo son muestras escogidas de la tremenda herencia que nos dejaron.

Sin embargo, para llegar a esa situación de privilegio, los griegos tuvieron mucho camino que recorrer, elementos de la naturaleza que superar, guerras que combatir y personajes que contribuyeran a aumentar y difundir su conocimiento, conocimiento que sigue brillando hasta nuestros días.

los griegos

Legado de los griegos en tierra hostil

La impresión que deben haber tenido los primeros habitantes de la Grecia antigua, cuando llegaron a la parte sur de la Península de los Balcanes (Europa), no debe haber sido de las mejores: sus ojos vieron un territorio montañoso, pobre y árido, con unos pocos valles, en los cuales decidieron instalarse.

Estas comunidades se dedicaron al comercio, a la guerra y, fundamentalmente, a la navegación -porque en ningún lugar del territorio estaban muy alejados de las costas-, gracias a la cual obtuvieron muchos conocimientos útiles para su desarrollo. Además, por su ubicación geográfica llegaron a ser una especie de puente entre Oriente y Occidente.

Los primeros habitantes que serían protagonistas de la historia de Grecia se repartieron por varias regiones geográficas de la Península de los Balcanes, las cuales es importante mencionar, pues ayudan a entender mejor las características de esta civilización y el por qué de su diversidad y adaptabilidad, a pesar de pertenecer a la misma cultura.

En Grecia del Norte se encontraban las regiones de Epiro y Tesalia; en Grecia Central se ubicaban Beocia y su capital Tebas, y Ática con la ciudad de Atenas; el Peloponeso, una península de la zona sur, tenía como región principal Laconia y su capital, Esparta.

Un pueblo tras otro

El primer lugar en la zona del Mar Egeo que conoció a los precursores de los griegos fue la isla de Creta, donde, hacia el año 3000 a.C., los pueblos que venían de Asia Menor se establecieron.

Este lugar fue testigo del paso de estos pueblos, que organizaron la civilización cretense o minoica, palabra derivada de Minos, el rey mitológico que tuvo la isla de Creta. Durante esta época en Egipto los faraones alcanzaban su mayor poderío.

Alrededor del 1900 a.C., los aqueos, un pueblo indoeuropeo proveniente de las llanuras del Danubio (río que nace en la actual Alemania y desembarca en el mar Negro), llegaron a la península de los Balcanes y avanzaron hacia el sur hasta el Peloponeso, donde dominaron a los habitantes primitivos de la región los pelasgos.

Sin embargo, la civilización minoica fue prácticamente aniquilada por los aqueos, quienes invadieron Grecia entre los siglos XIV y XIII a.C.

A pesar de su extremismo, este pueblo, proveniente de la Europa Central, adoptó las costumbres minoicas superiores, fundando aldeas y ciudades, convirtiéndose Micenas en la ciudad más importante y dando origen a la civilización micénica.

Ya consolidados en el Peloponeso, los aqueos extendieron su dominio sobre el mar Egeo. Hacia el 1400 a.C., invadieron Creta, asimilando su civilización.

Expansión a Asia

Posteriormente, se expandieron hasta el Asia Menor (península de Anatolia), donde el rey Agamenón de mecenas habría encabezado la expedición que logró derrotar a Troya alrededor del 1260 a.C.

Los aqueos eran buenos guerreros y navegantes. Además, desarrollaron la agricultura y el pastoreo, al igual que la artesanía.

Hubo otros invasores posteriores en Grecia, como los jonios, que habitaron Atenas, y los eolios, que ocuparon la ciudad de Tebas.

Pero la incursión más significativa fue la del pueblo dorio, ocurrida hacia el siglo XI a.C. Esta tribu, procedente de las regiones de Macedonia, Tracia y Epiro, conquistó casi toda la península.

Sin embargo, solo se establecieron en la Dóride, Argólida y Laconia.

La importancia de la invasión doria es que con ella termina la cultura micénica y Grecia cae en una fase de decadencia, que se extiende hasta el año 776 a.C., período que se conoce como el Medievo helénico.

Es aquí donde estos tres pueblos invasores se unen, surgiendo el pueblo helénico.

Profesor Mario Orellana R.
Premio Nacional de Historia 1994.