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En la década de los 70 Chile experimentó el paso entre los dos sistemas económicos extremos, es decir, desde el socialismo a la total liberalización económica. Es así como desde 1973 en adelante en Chile se pueden observar tres variantes o modelos de aplicación de la economía de mercado.

Durante la primera mitad del gobierno de Augusto Pinochet se dio un neoliberalismo muy puro. En la segunda mitad el modelo varió a un neoliberalismo mucho más pragmático, que consideró incluso la subsidiariedad (pago de asistencias otorgado por el gobierno con ciertos fines), debido a la crisis financiera del año 1982.

En esa época el gobierno tomó una importante cantidad de recursos y los traspasó a los deudores en dólares y bancos, para evitar una debacle económica. En los años noventa se expresa una tercera variante que incluyó dos reformas importantes emanadas del Estado: una Reforma Tributaria, cuyo objetivo fue subir los impuestos para financiar mejoramientos en aspectos sociales como la salud, la educación y las pensiones asistenciales.

La otra fue la Reforma Laboral, destinada a devolverle un poco más de poder a los trabajadores.