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La economía

La economía del antiguo Egipto dependía fundamentalmente de la agricultura. Recordemos que los cultivos se facilitaban por la fertilidad que entregaba el Nilo en sus inundaciones anuales. Así, estos eran abundantes e incluían el lino, que les servía para sus tejidos, el trigo y la cebada, con los cuales hacían pan y cerveza. Para completar su alimentación contaban con una variedad de hortalizas y frutas, tales como: judías, lentejas, cebollas, lechugas, uvas, dátiles, naranjas e higos.

La cantidad de ganado era usada para calcular la riqueza de una persona y determinar la cantidad de impuestos que debía pagar. Entre los animales que criaban había cerdos, vacunos, ovejas y cabras.

Durante gran parte de su vida, el antiguo Egipto fue el país más rico del mundo. De hecho, cultivaban más alimentos de los que necesitaban, por lo que exportaban el excedente a cambio de artículos de lujo. Así, aprovechando sus habilidades como navegantes, viajaban por el Nilo y por el mar Mediterráneo, manteniendo intercambios comerciales con diversos pueblos y regiones, entre ellos, Libia, Palestina, Siria, Chipre y Creta.

La religión

Las creencias religiosas desempeñaron un papel fundamental en la civilización egipcia, cuyas instituciones y cultura recibieron su impronta. La concepción del mundo de los egipcios incluía la idea primigenia de un caos, que amenazaba con volver y que se mantenía controlado solo por la voluntad de los dioses.

La creencia egipcia decía que el mundo estaba dividido en tres niveles: el reino de los Muertos, donde llegaban las personas al morir y que luego de un duro camino lograban la vida eterna; la tierra, lugar donde vivían los hombres y cuyo centro era Egipto, más allá del cual había caos, y el cielo, la morada de los dioses.

En Egipto se adoraba a múltiples dioses, producto de la división primitiva en nomos, y esto se mantuvo a pesar de la unificación. No obstante el cúmulo de divinidades, existió la tendencia a reconocer una deidad única en cada lugar, sin excluir el culto de dioses en otros lugares. Así, por ejemplo, se daba que en Menfis se adoraba a Ptah, en Heliópolis a Ra, en Tebas a Amón, en Hermópolis a Thot, en Abidos a Osiris. Por ello, dependiendo del nomos que tuviera la hegemonía, destacaba Ra o Amón o cualquier otro dios. Un caso aparte fue la reforma religiosa que llevó a cabo Akhenatón (en el Reino Nuevo), quien instauró el monoteísmo al obligar a todos sus súbditos a adorar solo a Atón.

Los dioses egipcios eran considerados seres superiores y se les rendía culto realizando ofrendas para pedir dones y para dar gracias por estos favores. El faraón era considerado un dios viviente, ya que representaba la personificación del dios Horus y era el nexo entre los hombres y los dioses.

La escritura

La forma más antigua de escritura del Antiguo Egipto fueron los jeroglíficos. Estos, en un comienzo, eran una escritura puramente pictográfica, es decir, cada signo representaba un objeto o una idea. Luego aprovecharon estos signos para indicar ciertas sílabas consonantes, pasando a tener características fonográficas.

Los jeroglíficos se anotaban tanto en forma de filas como columnas y la dirección de la escritura podía ir de izquierda a derecha o viceversa. Se usaban alrededor de unos 700 signos diferentes, pero para el uso diario se simplificaron los signos y se desarrolló una escritura cursiva.

Al caer Egipto bajo el dominio extranjero se perdió el conocimiento de la escritura, hasta que, con ocasión de la expedición de Napoleón en 1799, se descubrió la Piedra Rosetta, que años después fue descifrada por Francois Champollion, permitiendo entender los jeroglíficos.

Arquitectura, escultura y pintura

El arte nacional de los egipcios fue la arquitectura, que, como todas las manifestaciones culturales de este pueblo, estuvo influida por sus creencias religiosas. La escultura y la pintura funcionaron como disciplinas auxiliares de la arquitectura.

Los egipcios fueron unos genios y llevaron a cabo grandiosas obras arquitectónicas, que corresponden, principalmente, a tumbas y templos. Las tumbas más imponentes fueron las pirámides, y las más importantes son las conocidas de Keops, Kefrén y Micerinos. Los templos egipcios llaman la atención por sus dimensiones y solidez, y los más célebres son los de Karnak y Luxor.

La escultura egipcia era utilizada, fundamentalmente, para la decoración de las fachadas e interior de los templos y tumbas. Sus formas eran rígidas, porque la piedra empleada era difícil de esculpir con las herramientas de bronce de que se disponía. Una de las esculturas más grandiosas de esta civilización es la Esfinge, que está frente a la Gran Pirámide.

Los artistas egipcios pintaron los muros de las tumbas con representaciones mitológicas y escenas de las actividades cotidianas. Dominaron el dibujo, la proporción y la calidad de los colores. Sus templos estaban llenos de murales, y el interior de las tumbas contenía figuras que representaban a sus dioses y hechos de la vida del difunto.

La piedra Rosetta

Fue descubierta en 1799 por el ejército napoleónico, cerca de Rosetta, en la parte occidental del delta. En esta piedra había un texto que contenía una complicada fórmula de agradecimiento al soberano Ptolomeo V Epífanes (siglo II a.C) por los beneficios otorgados a los sacerdotes. Estaba escrita, al mismo tiempo, en jeroglífico, demótica y griego. Champollion comparó estas tres escrituras y logró descifrar los jeroglíficos, proporcionando así la clave para la reconstrucción de la historia de Egipto.

¿Sabías que?

-El lapislázuli, piedra usada como típica artesanía chilena, ya era conocida por los egipcios, que creían que el pelo del dios Sol (Ra) era de esta piedra semipreciosa.

-Siempre junto al cuerpo de una momia se colocaba el «Libro de los Muertos», donde se anotaban las virtudes del difunto y lo que tenía que decir su alma frente al juicio de Osiris.


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