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El discurso público se define como aquel texto, oral o escrito, en el cual se desarrolla un tema que es de interés general para un grupo de personas, cuya finalidad es convencerlos o persuadirlos de una determinada posición, mientras que el discurso privado se define como aquel texto que se da en situaciones de interacción privada o personal (entre compañeros de colegio, entre amigos, entre hermanos, etc.). Puede ser oral o escrito.

La intención de un discurso

Quien emite el mensaje, puede tener distintas intenciones al momento de entregar su mensaje.
Así, puede informar, exponer, convencer, lograr un acuerdo o aprobación, etc.

El propósito

Está directamente relacionado con la intención y se refiere al objetivo que busca el emisor del discurso. Dicho objetivo, deberá plasmarlo el emisor de forma explícita o implícita a lo largo de su mensaje para que la audiencia logre comprender bien la intención.

Organización de las ideas

Una vez que se ha planteado el tema, el emisor del mensaje debe preocuparse de estructurar las distintas ideas según la importancia, apoyado de correctas justificaciones, para que la audiencia pueda entender clara la posición planteada. Toda ambigüedad, divagación e incoherencia atentan contra la adecuada comprensión del discurso por parte de la audiencia.

Uso de los distintos tipos de discursos

El discurso entrega la oportunidad de utilizar las distintas formas discursivas: narración, descripción, argumentación y exposición para desarrollarse. Evidentemente, es el emisor quien opta por una de ellas dependiendo del propósito de su mensaje.