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Como toda estrella el Sol tiene una forma esférica. Debido a de su lento movimiento de rotación, tiene también un leve achatamiento polar. Como en cualquier cuerpo masivo toda la materia que lo constituye es atraída hacia el centro del objeto por su propia fuerza gravitatoria.

El Sol tiene una estructura en capas esféricas concéntricas, como las capas de una cebolla. Los limites y diferencias entre las distintas capas son difíciles de establecer. Sin embargo, se puede establecer una función física que es diferente para cada una de las capas. Según este modelo, el Sol está formado por:

Núcleo

Ocupa unos 139.000 kilómetros del radio solar, es decir representa 1/5 del mismo, y es en esta zona donde suceden las reacciones termonucleares que proporcionan toda la energía que el Sol produce. Es decir, el generador de la energía del Sol.

Zona radiativa

Las partículas que transportan la energía (fotones) intentan escapar al exterior en un viaje que puede durar unos 100.000 años debido a que éstos son absorbidos continuamente y reemitidos en otra dirección distinta a la que tenían.

Zona convectiva

En esta zona se produce el fenómeno de la convección, es decir, columnas de gas caliente ascienden hasta la superficie, se enfrían y vuelven a descender.

Fotosfera

Es una capa delgada, de unos 300 kilómetros, que es la parte del Sol que nosotros vemos, es la superficie. Desde aquí se irradia luz y calor al espacio. La temperatura es de unos 5.000° C. En la fotosfera aparecen las manchas oscuras y las fáculas que son regiones brillantes alrededor de las manchas, con una temperatura superior a la normal de la fotosfera y que están relacionadas con los campos magnéticos del Sol.

Cromosfera

Sólo puede ser vista en la totalidad de un eclipse de Sol. Es de color rojizo, de densidad muy baja y de temperatura altísima, de medio millón de grados. Está formada por gases enrarecidos y en ella existen fuertes campos magnéticos.

Corona

Capa de gran extensión, temperaturas altas y de bajísima densidad. Está formada por gases enrarecidos y gigantescos campos magnéticos que varían su forma de hora en hora. Ésta capa es impresionante vista durante la fase de totalidad de un eclipse de Sol.

El Sol también absorbe materia. Es tan grande y tiene tal fuerza que a menudo atrae a los asteroides y cometas que pasan cerca. Naturalmente, cuando caen al Sol, se desintegran y pasan a formar parte de la estrella.

Desde la Tierra sólo vemos la capa exterior. Se llama fotosfera y tiene una temperatura de unos 6.000 º C, con zonas más frías (4.000 º C) que llamamos manchas solares

Importancia del Sol

Por sí solo, el Sol representa alrededor del 98,6% de la masa del Sistema Solar. La distancia media del Sol a la Tierra es de aproximadamente 149.600.000 de kilómetros y su luz recorre esta distancia en 8 minutos y 19 segundos. La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida en la Tierra a través de la fotosíntesis y además tiene gran influjo en el clima de la Tierra.

En la Tierra, la energía irradiada por el Sol es aprovechada por los seres fotosintéticos. Los organismos fotosintéticos son aquellos organismos como las plantas, algas y algunas bacterias que captan y utilizan la energía de la luz para transformar la materia inorgánica de su medio externo en materia orgánica que utilizarán para su crecimiento y desarrollo. Es en este proceso de fotosíntesis donde se han liberado grandes cantidades de oxigeno molecular. Es más, se sabe que el actual contenido de oxígeno en la atmósfera se ha generado a partir de la aparición y actividad de dichos organismos fotosintéticos.

El Sol

El Sol, del cual depende la existencia de vida en la Tierra, es una estrella típica de clase media: ni muy grande ni muy chica, ni muy luminosa ni muy débil, ni muy joven ni muy vieja. Una estrella común y corriente, como hay millones y millones en el universo.

A partir del movimiento de la Luna en torno a la Tierra, y de esta última en torno al Sol, se puede deducir la masa del Sol en términos de la masa de la Tierra. El resultado es una masa 330.000 veces la de la Tierra, o sea, 2 x1033 gramos (un 2 seguido de 33 ceros).

Su radio es de 690.000 kilómetros, 109 veces mayor que el de la Tierra. Su volumen es 1.300.000 veces mayor que el de la Tierra. Su densidad (cantidad de materia por centímetro cúbico) es menor que la de la Tierra, alcanzando solo a 1,4 gramos por centímetro cúbico, apenas mayor que la densidad de agua, que es de 1 gramo por centímetro cúbico.

La gran energía

La principal fuente de energía existente en la Tierra es el Sol, ya que de él derivan las fuentes de energía renovables y no renovables.

El Sol es la causa de la formación de varios procesos naturales como son el viento y la evaporación del agua (provocando las precipitaciones de lluvia, nieve o granizo).

También es imprescindible para que los vegetales realicen la fotosíntesis. Este astro además interviene en la formación de olas, mareas y en el calentamiento del agua del mar.

Es aprovechado como fuente calórica y luminosa, ya sea directamente o a través de estructuras que permiten su mejor aprovechamiento y su transformación en electricidad.