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La hecha es la herramienta típica de un leñador. Sin ella, no podría cortar los árboles y hacer leña. Sin embargo, en el pasado el uso que se le daba a esta herramienta era muy distinto al que se le da hoy en día. Antiguamente, la hecha era un arma, la cual se uso para la caza y la guerra. Desde el Neolítico se emplearon para combatir y cazar animales y luego también tuvieron este uso entre los vikingos, normandos, indios, ingleses y franceses.


Origen

El origen del hacha debe situarse en la prehistoria. Las piedras de sílice talladas en forma amigdaloide, y las de diorita o basalto pulidas en uno o dos extremos, y a veces con una muesca en medio, se sujetaban con fuertes ligaduras a un palo y servían como arma ofensiva en las luchas entre los hombres o contra los animales salvajes.
 
En la Edad del Bronce se fabricaban de este metal o de cobre hachas semejantes a las neolíticas, vaciándolas en moldes de piedra. Las hachas de cobre se ataban igualmente a un palo, mediante ranuras y un asa, o se unía en él por medio de una especie de tubo que actuaba como mango. Tanto los persas como los egipcios utilizaron hachas de bronce o de hierro como armas de combate, ya que se han hallado algunas en tumbas faraónicas y otras aparecen representadas en pinturas.
 
Los griegos apenas se sirvieron de ellas. Los romanos las utilizaron mucho para las tropas auxiliares. Fue también arma de los germanos y los francos, y en la Edad Media estuvo muy en boga en los ejércitos europeos.

Pero desde fines del siglo 14 tomó la forma doble de lanza y hacha, confundiéndose luego con la alabarda. Hacia mediados o finales del siglo 17 dejó de ser un arma popular de combate en Europa, salvo en la marina de guerra, con la llamada hacha de abordaje.