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Busca en tú casa, en el refrigerador o despensa, un tarro de conserva, un paquete de galletas o una bebida. Luego, obsérvalo y te darás cuenta que en la parte de adelante dice qué es, por ejemplo: Atún. Si lo das vuelta verás una etiqueta que contiene toda la información nutricional. Es importante que aprendas a identificarlas y leerlas, ya que muchas veces hay productos que dicen ser dietéticos, pero el nivel de grasas es muy alto.

Las etiquetas de los productos que compramos nos dan datos relativos a su modo de elaboración y a sus ingredientes. Si bien, la información que debe aparecer puede variar según las leyes de cada país, hay ciertos puntos que sí o sí deben estar presentes y debes tener presente:

– El nombre del producto: no hay mucho que especificar aquí, sólo deberá figurar su nombre comercial así como también la empresa productora, con todos los datos correspondientes a su ubicación, domicilio y registro. Esto te da una seguridad de que el producto esta hecho en un lugar adecuado y con las regulaciones correspondientes para su buen estado.

-Si es un producto elaborado, debe decir cómo fue procesado: no es lo mismo un producto ahumado que uno precocido o deshidratado.

-La fecha de vencimiento: este dato es importantísimo, por que significa la fecha en que uno puede comer ese producto de manera segura, sin miedo a intoxicaciones por descomposición del producto. Esta fecha puede estar ubicada o en la etiqueta del envase o en su tapa, pero, de cualquier manera, debe figurar. Si se trata de un alimento con una vida útil de corta a media es probable que diga “consumir antes de”, en este caso, se debe respetar sí o sí esa fecha, de lo contrario, se corre el riesgo de envenenarse. Si, en cambio, es un producto con una vida de almacenamiento larga es probable que diga “consumir preferentemente antes de”, y si bien su calidad se va ir deteriorando, por lo general, se pueden consumir hasta dos meses después de la fecha indicada.

-Ingredientes: en todo alimento envasado debe haber una lista con todos los ingredientes con los cuales se haya producido, en orden decreciente según su peso. Es decir, desde el ingrediente que más contiene el producto hasta el que menos tiene.

Los aditivos se incluyen según su función, es decir según sean colorantes, estabilizadores o conservantes, y debería figurar a continuación cada uno de sus nombres en específico. Este punto es muy importante, sobre todo porque hay personas que son alérgicas, intolerantes o les hacen mal ciertos alimentos. Como por ejemplo, las personas hipertensas deben evitar la sal.

-Información nutricional: esto incluye la cantidad de calorías del producto cada 100 gramos, las vitaminas y minerales que aporta).