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Cada linaje tenía su centro de poder político y religioso en los sectores costeros, desde donde controlaban un territorio (kainga) que se proyectaba hacia el centro de la isla. En la franja costera era donde se construían plataformas ceremoniales (ahu) en las que se desarrollaban ceremonias, investiduras, además de ritos de iniciación y redistribución de alimentos. En este sector se asentaba la nobleza y los sacerdotes (en casas-bote o hare paenga) y hacia el interior se distribuían las familias extensas en torno al anciano de mayor prestigio que lideraba el linaje.

Tradición Social

De acuerdo a la tradición, el ariki o rey Hotu Matu’a a la cabeza de una sociedad compuesta por la familia real (ariki paka), sabios (maori), sacerdotes (ivi atua), guerreros (matatoa), además de artesanos, pescadores y agricultores habría partido desde una lejana tierra llamada Marae Renga. Consigo portaban bienes como tablillas de madera (rongo rongo) con registro escrito de leyendas y genealogías, además de plantas y animales que resultaron de extrema importancia para los colonizadores de un territorio escaso en recursos.

El ariki era descendiente directo del dios creador por lo que estaba investido de un poder sobrenatural denominado mana y protegido por el tapu o tabú. El mana se concentraba en la cabeza del ariki, de tal suerte que nadie podía tocarlo ni cortarle el pelo.

La familia real se habría instalado en Anakena, convirtiéndose por generaciones en el territorio más sagrado e inviolable de la isla. Sin embargo, antes de morir, Hotu Matu’a habría dividido la isla entregándole una parte a cada uno de sus hijos para que estos formaran sus propias tribus o mata.

Al pasar el tiempo las tribus fueron subdividiéndose en distintos linajes con lo que también se generaron diferencias de prestigio en la estructura social, de tal forma que hacia la época cúlmine del desarrollo cultural rapanui las tribus del oeste habrían formado una confederación llamada Ko Tuú Aro que se mantuvo permanentemente en conflicto con aquellas del este llamadas Ko Hotu Iti.

La ceremonia del hombre pájaro

Esta ceremonia del hombre-pájaro o Tangata Manu surgió como respuesta a los conflictos sociales que existían en la Cultura Rapa Nui. El dios creador Make Make entregaba el poder a quien volviera con el huevo del manutara, ave migratoria que llegaba en esas fechas a anidar en los islotes que se ubican frente al cráter de Rano Kau. La gente se reunía en la aldea ceremonial de Orongo, el nuevo y único centro político. Los guerreros de cada grupo -matatoa- disputaban el cargo para su linaje.

El ganador elegido asumía un carácter sagrado, debiendo vivir solo y aislado; mientras su grupo adquiría un poder despótico sobre el resto de la población, que incluía sacrificios humanos a los dioses para así augurar el bienestar para el año. A la larga, dichas prácticas renovaron constantemente las hostilidades entre los grupos, produciendo un clima de permanente violencia y crisis social.

Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales