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Las papilas gustativas de la lengua solo pueden identificar cuatro sabores: dulce, salado, ácido y amargo. El resto de los sabores son sensaciones producto de la combinación de estos cuatro, estimuladas por los olores de nuestra comida.

El olor de los alimentos que ingerimos asciende por la bifurcación aerodigestiva hacia la mucosa olfativa, donde se da el siguiente fenómeno: probamos los alimentos primero por la nariz.

Para que confirmes que esto es cierto, haz la siguiente actividad.

Necesitas:

– Manzana

– Papa cruda

– Zanahoria

– Trozo de género que sirva como venda

– Cuchara

– Cuchillo

– Pocillos

Paso 1

Cubre los ojos de un amigo con el género. Preocúpate de que no vea nada.

Paso 2

Pídele que se tape la nariz mientras hace la actividad. Recuérdale respirar por la boca para que no se asfixie. Dale a probar los distintos trozos de alimentos y pídele que los identifique.

Conclusión

Te darás cuenta de que sin el olfato es muy difícil determinar qué se está comiendo, especialmente cuando se trata de sabores suaves. Si no te convences, prueba tú mismo: tápate la nariz e ingiere algún alimento. ¿Sientes los sabores de la misma forma que cuando tu nariz está despejada?

Esto es lo mismo que ocurre cuando tenemos la nariz congestionada a causa de un resfrío o alguna otra cosa y nos parece que todo lo que comemos está desabrido.