Skip to main content

Tras la aprobación de su proyecto, la expedición de Cristóbal Colón se dirigió a Palos de la Frontera, puerto situado al sur de España, a unos 50 km del límite con Portugal, donde el 23 de mayo, en la iglesia de San Jorge, el magistrado local leyó el edicto real por el que se ordenaba a la gente de la ciudad que proporcionara barcos y provisiones a Colón.

Pese al respaldo de la Corona, Colón tuvo muchas dificultades para reunir a la tripulación, debido a la incredulidad entre los navegantes respecto a su teoría. Gracias a una nueva intervención de fray Juan Pérez, se integró a la expedición el afamado navegante Martín Alonso Pinzón, quien ofreció su carabela. También se enrolaron sus hermanos, Francisco Martínez y Vicente Yáñez Pinzón, y el piloto Juan de la Cosa.

El 3 de agosto zarparon la Santa María, a cargo de Colón, y las carabelas Pinta y Niña, dirigidas por Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón. La tripulación total fue de entre 90 y 120 hombres.

Capitulaciones de Santa Fe

Finalmente, el 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, en las que la Corona española se comprometía a otorgarle a Colón una serie de beneficios si lograba encontrar una nueva ruta al Oriente. Sería Almirante vitalicio y hereditario, Virrey, y Gobernador de las tierras descubiertas, además de obtener una parte importante de las riquezas que se encontraran.

Se le entregaría:

1º El título de Almirante vitalicio, hereditario, sobre todas las tierras descubiertas.
2º El título de Virrey y Gobernador general de dichas tierras.
3º El décimo de las riquezas o mercancías obtenidas.
4º En caso de conflicto por las riquezas o mercancías, se autorizaba a él o a sus tenientes para resolverlo.
5º Podía costear una octava parte de la armazón de los navíos que partieran a las nuevas tierras, a cambio de la octava parte de las ganancias.

Aprobación del Proyecto

Tras el fracaso ante la Corona española, fray Juan Pérez, del monasterio de La Rábida, que creía en la teoría de Colón y que había sido empleado de los contadores reales y confesor de la reina Isabel, se ofreció a escribirle una carta a la soberana hablando en su favor.

En enero de 1492 finalizó la guerra con los moros que habían invadido España, con la toma de Granada.

La reina acogió la misiva de fray Juan Pérez y el proyecto de Colón fue nuevamente evaluado. Esta vez se estimó que podría proporcionar grandes riquezas a la Corona.

Rápidamente se vencieron las resistencias del alto clero, y en la ciudad de Santa Fe se firmaron las Capitulaciones, que consistían en la aprobación de una serie de peticiones hechas por Colón, de resultar exitosa su travesía.

Motivos del viaje

Los europeos buscaron nuevas rutas a Oriente porque necesitaban abastecerse de las finas telas, perfumen y de las codiciadas especies existentes en aquella región.

La expansión de los europeos por el mundo se inició por la búsqueda de nuevas rutas al Oriente, hacia las islas de Cipango (la actual Japón), Catay (hoy, China), India y las islas Molucas, entre otras, desde donde Europa se abastecía de finas telas, sedas, perlas, porcelanas, tapices, perfumes y de las codiciadas especias -canela, clavos de olor, nuez moscada, vainilla, jengibre y pimienta-, que servían para condimentar los alimentos y la pastelería.

Estas exploraciones fueron necesarias, porque a mediados del siglo XV las rutas habituales al Oriente fueron bloqueadas por los turcos otomanos. Quienes lograban pasar, debían pagar una serie de impuestos y tributos muy elevados.

Otra causa de la expansión territorial fue la escasez de metales que comenzaba a afectar Europa. Preocupante resultaba el agotamiento de las minas de plata, metal que era el medio de pago utilizado en el comercio con Oriente. Además, ya se había iniciado el Renacimiento, que por su inclinación a las artes decorativas aumentó la demanda de metales preciosos.