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Cuando El Principito le preguntó al zorro qué significaba domesticar, el animal señaló que esto quería decir «crear lazos«, es decir, tener la necesidad el uno del otro. Tal como en el clásico libro de Saint-Exupéry, en la vida cotidiana formar un vínculo y hacerse responsable de una mascota es un buen ejercicio, que en el caso de los niños como tú, indica la sicóloga y terapeuta familiar Ximena Santa Cruz, «les ayuda a reconocer su propia emocionalidad, a comunicarla y a reconocer las manifestaciones de afecto de los animales».

Pero para aprovechar los beneficios que puede dar esta relación de amistad y responsabilidad, es necesario escoger adecuadamente al tipo de mascota, según los siguientes criterios:

Tu edad

Aunque no hay razas de perros agresivas en sí, sino que su comportamiento depende de cómo se eduquen, cuando hay niños muy pequeños es mejor optar por razas en que su buen carácter y tolerancia estén probados, como son los labradores, los golden retriever, los beagles o los boxers, entre otros. «Deben ser perros que no reaccionen rápidamente a un golpe, porque los niños agreden sin querer. Son bruscos, les tiran la cola o se suben arriba de ellos», advierte la directora de la Escuela de Medicina Veterinaria de la U. Mayor, doctora Macarena Vidal.

También son buenas mascotas los conejos y los hámsters, puesto que necesitan pocos cuidados, como son limpiar sus jaulas y darles agua y comida, cosa que puedes hacer solito.

Si tienes menos de diez años, el médico veterinario de Net.médica, Erick Lucero, no recomienda que elijas un gato como mascota. «Son frágiles y los niños tienden a perseguir a los animales. Puede haber accidentes», dice. Por otra parte, «el niño quiere el máximo contacto. El gato es arisco y cuando el pequeño lo apriete, éste va a querer arrancar y lo va a arañar», acota la doctora Vidal.

Espacio

«Vivir en un departamento es incompatible con querer tener un rottweiler», ejemplifica el doctor Luis Tello, director del Hospital Clínico Veterinario de la U. de Chile. «Hay que ubicarse un poco con los espacios. Si vivo en una comunidad cerrada, por ejemplo, los hurones dan ciertos olores que a la gente no le gustan o les dan miedo. En el caso de vivir en una casa chica, quizás lo mejor es escoger a un conejo», añade.

Recursos

«Cuando un papá compra una mascota tiene que saber que detrás de eso hay una responsabilidad», señala enfática la doctora Macarena Vidal.
El doctor Luis Tello agrega que «al igual que con las personas, la medicina preventiva es más barata y más efectiva. Por lo tanto, son imprescindibles los controles veterinarios periódicos, las vacunas y desparasitaciones cada tres meses cuando son cachorros y, cuando son adultos, desparasitación cada seis meses y vacunación anual».

Tiempo disponible

La elección que se realice también depende del tiempo que se le puede dedicar a la mascota. Un perro, por ejemplo, es demandante porque es social y necesita interacción con sus amos. En cambio, los peces consumen menos tiempo. Lo mismo las aves: «Hay que darles comida, agua y nada más», concluye el doctor Lucero.

Los beneficios de tener una mascota

El tener una mascota puede ser una excelente herramienta de desarrollo para ti. Entre los beneficios que tiene esta interacción, se destacan los siguientes:

Cuando te haces responsable del animal, aprendes que tienen un vínculo estable a través del tiempo.
Ensayas la relación que tienes con el mundo adulto. Con las mascotas puedes expresar tus sentimientos, la amistad, el enojo, etc. Sobre todo si vives en familias poco expresivas.
Si eres responsable con la mascota y te haces cargo de ella, te sube tu autoestima, porque sientes que eres indispensable para alguien al tomar conciencia que hay un ser que depende de ti.
Las mascotas constituyen la mejor forma de acercarte a la naturaleza y aprender el respeto por la vida, los animales y la ecología.