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A diferencia de los cuentos, estos relatos, que se llaman leyendas, se desarrollan en lugares conocidos  y generalmente esconden un misterio, un sentido mágico o inexplicable que no ha sido revelado.

Cuando viajas al sur de Chile y pasas la ciudad de Puerto Montt, llegas  a una isla que se llama Chiloé. Ya sabrás lo que es una isla ¿no? Pues esta es una isla grande rodeada de muchas islas pequeñas, a lo que se le llama archipiélago: el archipiélago de Chiloé.  Las personas que viven en estas islas deben trasladarse en bote de una isla a otra para hacer cosas como vender productos, comprar  alimentos, ir al médico, asistir al colegio, etc. El mar es un trayecto obligado en la vida de los chilotes. Así es que han surgido muchos relatos que tienen por escenario el paisaje marino. Uno de ellos, muy conocido, es el de El Caleuche,  viejo barco fantasma que navega por los mares y canales del sur;  jamás navega a la luz del día y en las noches oscuras se le puede ver levemente iluminado, envuelto en una densa neblina. Según las diferentes versiones de la leyenda, la nave sería tripulada por los brujos de Chiloé y sus sirvientes, por los que han muerto en el mar, por los aprisionados por el Caleuche o por gente que ha decidido voluntariamente pactar con los brujos a cambio de obtener riquezas. A bordo se escuchan risas y música festiva. Se dice que nunca habría que mirar al Caleuche porque los tripulantes castigan a quien lo mira, torciéndole la boca o la cabeza, o matándole por simple arte de brujería. Este buque navega cerca de la costa y cuando se apodera de una persona la lleva a visitar ciudades del fondo del mar mostrándole inmensos tesoros, invitándola a participar en ellos con la sola condición de no divulgar lo que ha visto, pero si este no cumpliera, los tripulantes del Caleuche lo matarían en la primera ocasión que volvieran a encontrarse con él. Ver este barco fantasma sería un mal augurio, por eso todos le temen.

No existe certeza acerca del origen preciso de esta leyenda. Una de las hipótesis es que sería una readaptación de la leyenda europea del Barco Fantasma también llamado El Holandés errante; o que estaría basada en la desaparición del barco holandés «El Calanche» o en las misteriosas desapariciones en el Estrecho de Magallanes de  algunas expediciones españolas. También podría estar relacionada con la llegada al Archipiélago de buques corsarios holandeses, entre ellos el capitaneado por Baltazar de Cordes, quién en el año 1600 capturaró la isla por un breve periodo. Hay otros que relacionan el origen de esta misteriosa leyenda con el fenómeno de los osnis (objetos sumergibles no identificados). Sea como sea, no deja de ser atemorizante pasear por el borde costero, mientras la niebla comienza a llenarlo todo y a lo lejos los barcos comienzan a encender sus luces y yo imagino que un par de brujos me miran ocultos desde la cubierta de un barco fantasma.