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Chile es un país de contrastes. Nuestra configuración y extensión permiten que, de norte a sur, exista una multiplicidad de colores y formas; innumerables paisajes que van desde las maravillas del altiplano, hasta la exuberante vegetación del archipiélago de Juan Fernández, pasando por la aridez del desierto de Atacama y los glaciares de la zona austral. Cada uno de ellos determinados por las condiciones climáticas existentes.

El solo hecho de contar con una longitud cercana a los 4.300 kilómetros en Chile continental beneficia la riqueza climática de nuestro país.

Otros factores que también influyen es nuestra posición con respecto al Ecuador, que determina la distribución de la luminosidad y de las temperaturas, así como también la disposición de las formas del relieve, en sentido de norte a sur, lo que genera un verdadero biombo climático (barrera natural que protege a una determinada zona de la influencia climática existente en el área contigua).

Debemos sumar, además, la ubicación de los centros de altas y bajas presiones, los que ofrecen gran estabilidad al norte de nuestro país y una marcada estacionalidad al resto del país, y la influencia del océano Pacífico, destacando la presencia de la corriente fría de Humboldt.

El norte del país se caracteriza por presentar escasas precipitaciones y altas temperaturas e insolación durante el día, predominando los climas desérticos y estepáricos. En tanto, la zona centro sur destaca por presentar condiciones climáticas más moderadas, pudiendo, incluso, observar cuatro estaciones durante el año. Está determinada, principalmente, por climas templados, los que registran un descenso de la temperatura y un aumento de las precipitaciones a medida que se avanza hacia el sur. Finalmente, en la zona austral se observa un clima lluvioso y de frío permanente.

Climas de Chile

Según la Dirección Meteorológica de Chile, nuestro país cuenta con 19 variedades climáticas. Si bien cada una de ellas se localiza en un determinado sector, no debemos olvidar que estas ubicaciones no son excluyentes, pudiendo existir rasgos de algún clima más allá de las regiones y límites mencionados. Asimismo, debemos considerar que algunos factores y fenómenos climáticos pueden alterar la configuración de algunas zonas.

A continuación, señalamos algunos rasgos de los principales climas de nuestro país, analizados de norte a sur.

– Desértico con nublados abundantes: ubicado en todo el sector costero de las regiones de Arica y Parinacota, Iquique, Antofagasta y Atacama, se caracteriza por su gran estabilidad. La variación entre las temperaturas extremas diarias son mínimas, así como también la existente entre los meses de invierno y verano. Posee escasas precipitaciones y una clara influencia del anticiclón del Pacífico, lo que determina una gran aridez. Su característica principal es la presencia de una gran nubosidad (en forma de niebla, llamada camanchaca) que, usualmente, se presenta en la noche y se va disipando en el transcurso de la mañana.

– Desértico normal: por sobre los 1.000 msnm, en el sector de la pampa de las regiones de Arica y Parinacota, de Iquique y de Antofagasta encontramos este tipo climático, cuyo principal rasgo es su extrema aridez (debido a la presencia de una masa de aire muy estable y seca).

Las precipitaciones son casi inexistentes, los cielos están despejados durante todo el año y la oscilación térmica es bastante alta, ya que durante el día las temperaturas son bastante altas (en promedio alcanzan los 18ºC), mientras que durante la noche pueden alcanzar los 0ºC.

– Desértico marginal de altura: se localiza desde la Región de Arica y Parinacota hasta la de Coquimbo, entre los 2.000 y 3.000 msnm, en las zonas cercanas a la cordillera de los Andes. Si bien predomina un ambiente desértico, existe un considerable aumento de las precipitaciones, principalmente en verano (producto del invierno Altiplánico). Las temperaturas decrecen en proporción al aumento de la altura, con un promedio no superior a los 10ºC.

– Desértico marginal bajo: se desarrolla en gran parte de la Región de Atacama hasta el norte de la Región de Coquimbo, antes del valle del Elqui. Presenta características desérticas modificadas, con una mayor presencia de precipitaciones, las que aumentan de norte a sur y de acuerdo con la altura del sector. En el litoral de la Región de Coquimbo existe un aumento de la humedad, producto de la escasa presencia de la cordillera de la Costa.

– Estepa de altura: por sobre los 3.000 msnm de las regiones de Arica y Parinacota, de Iquique y de Antofagasta ubicamos esta variedad climática, caracterizada por contar con temperaturas bastante frías y precipitaciones que disminuyen de norte a sur.

La existencia de masas de aire cargadas de humedad, provenientes de la cuenca amazónica y del Atlántico, explican la presencia de precipitaciones en el sector más septentrional de nuestro país.

– Estepa con nubosidad abundante: en toda la franja costera de la Región de Coquimbo se sitúa este clima, cuyos principales rasgos son una nubosidad matinal baja y considerable, amplitud térmica baja y precipitaciones abundantes durante los meses de invierno, las que aumentan de norte a sur y por acción de la altura.

– Estepa con gran sequedad atmosférica: al interior de la Región de Coquimbo, donde se localizan los valles transversales, detectamos una mayor presencia de precipitaciones durante el invierno, así como también una escasa humedad. Las condiciones climáticas permiten que, en este sector, durante la mayoría del año, presente cielos despejados, facilitando la observación astronómica.

– Templado cálido con estación seca prolongada de 7 a 8 meses: desde el interior del sector sur de la Región de Coquimbo hasta los valles de la Región del Libertador Bdo. O’Higgins se desarrolla esta variedad climática, con precipitaciones considerables durante los meses de invierno. Durante los otros meses, las lluvias, escasamente, superan los 40 milímetros. En los sectores costeros de las regiones de Valparaíso y del Libertador Bdo. O’Higgins se desarrollan condiciones similares, solo que cuentan con una mayor nubosidad.

– Templado cálido con estación seca de 4 a 5 meses: comprendiendo los sectores andinos de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, del Libertador Bdo. O’Higgins, la totalidad de la superficie de la Región del Maule y la franja norte de la Región del Biobío, este clima se caracteriza por un período de lluvias más extenso y no exclusivo del invierno, muchas de ellas en forma de nieve. Las temperaturas anuales varían entre los 13º y 15ºC y descienden considerablemente en la noche.

A medida que avanzamos hacia el sur, considerando gran parte de la Región del Biobío y la zona norte e intermedia de la Región de la Araucanía, predomina un clima con características similares, pero que posee una estación seca con una duración inferior a los cuatro meses.

– Templado lluvioso con influencia mediterránea: en el sector costero sur de la Región del Biobío (provincia de Arauco), así como en la zona de la Araucanía y en las regiones De los Ríos y De los Lagos se localiza este clima, que presenta un incremento de norte a sur de la pluviosidad, distribuida durante todo el año. Presenta unos promedios de temperatura anuales que bajan paulatinamente y una amplitud térmica que se reduce por efecto del mar.

– Templado frío de costa occidental con máximo invernal de lluvias: es un clima que comprende el sector sur de la Región de los Lagos y la isla de Chiloé hasta el estrecho de Magallanes. Presenta intensas precipitaciones, siendo el período más lluvioso el que va desde los meses de mayo a agosto. Además, las lluvias están asociadas a fuertes vientos provenientes del noroeste y del norte (sobre todo en verano). La humedad atmosférica es alta (supera el 80%) y si bien las temperaturas disminuyen con la latitud, no son tan extremas por la acción de los vientos y el mar.

– De hielo por efecto de la altura: en las altas cumbres andinas y en los campos de hielos patagónicos se ubica este tipo climático, cuyos principales rasgos son la presencia de fuertes vientos y las temperaturas bastante frías, muchas veces bajo 0ºC. En estos sectores, todo tipo de precipitaciones se presenta en forma de nieve.

– Estepa fría: se presenta en los sectores trasandinos patagónicos, distribuido, principalmente, en dos zonas: entre los 44º y 48º de latitud sur y en los territorios continentales e insulares que bordean el estrecho de Magallanes. Se caracteriza por presentar temperaturas bajas (con un promedio de 6ºC) y precipitaciones abundantes, que disminuyen hacia el sur. Los registros señalan que las lluvias alcanzan entre los 500 y 1.200 milímetros cúbicos anuales.

– Tundra: ubicado en las islas del extremo sur de nuestro país, a partir de los 51º de latitud, al sur del estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego. Cuenta con abundantes precipitaciones (posee los índices más altos del país), las que se presentan como lluvia en verano y como nieve en invierno. Las temperaturas son bastante homogéneas, promediando entre los 5 y 7ºC. Existe, en tanto, una diferencia de tan solo 4ºC entre el mes más cálido y el más frío.

Antártica chilena y territorio insular

Los territorios que Chile tiene tanto en la península Antártica como en el Pacífico Sur (Isla de Pascua y Archipiélago de Juan Fernández) poseen particulares climas.

La Antártica se caracteriza por ser el continente más frío del planeta y por contar con abundantes precipitaciones en forma de nieve. El Territorio Antártico Chileno (que abarca desde los 53º y los 90º de longitud oeste del Polo sur) no escapa a estas extremas condiciones, presentando temperaturas cuyo promedio anual es de -3ºC. La amplitud térmica es bastante baja, alcanzando solo los 4ºC. Es necesario considerar, además, que las condiciones varían entre el extremo de la península y los sectores más interiores, por la influencia del mar de Drake.

La isla de Pascua también posee particulares condiciones climáticas. Su clima es tropical lluvioso, con una temperatura promedio anual de 20ºC y precipitaciones que alcanzan los 1.000 mm3 anuales. Si bien las lluvias se presentan durante todo el año, se concentran, principalmente, durante los meses de abril y junio. Debido a la  influencia del mar, la amplitud térmica es muy baja y la humedad es abundante, llegando hasta un 80%.

Por último, debemos señalar que el clima del archipiélago de Juan Fernández es similar al templado cálido con estación seca de 4 a 5 meses. Sin embargo, posee un carácter más lluvioso, lo que determina las especiales condiciones del sector y el desarrollo de una exuberante y única vegetación.

El Niño y La Niña: alteraciones climáticas

Dos importantes fenómenos naturales alteran, cada cierto tiempo, las normales condiciones climáticas de nuestro país.

El fenómeno del Niño se deriva de la presencia en las aguas del océano Pacífico sur de la corriente del mismo nombre. Esta se desplaza de norte a sur, en forma paralela a la costa sudamericana, llevando aguas anormalmente cálidas que cada cierta tiempo no solo afecta a nuestro país, sino también a las costas sudamericanas y oceánicas.

El elemento climático que sufre mayores trastornos ante la presencia de este fenómeno son las precipitaciones, las que se vuelven más abundantes e intensas.

En Chile se evidencia un incremento de la temperatura del aire en la zona norte y una evidente alteración de la fauna marina, que disminuye considerablemente.

En cuanto al fenómeno de La Niña, este corresponde al proceso contrario al anteriormente descrito, caracterizado por un notable descenso de las temperaturas del océano Pacífico en su sector sur. Estas aguas, al volverse más frías de lo normal, determinan un descenso de la temperatura en la costa norte de nuestro país y una importante escasez de lluvias, principalmente en la zona central del país, lo que en muchas ocasiones genera sequías y graves trastornos en las actividades económicas de las regiones afectadas.


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