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El fundador de la dinastía Ming (1368-1644), Zhu Yuanzhang, quiso restaurar el antiguo esplendor chino, pero primero tuvo que solucionar la grave crisis económica del imperio, realizando un catastro de las tierras y un censo. Además, con el fin de controlar a sus súbditos repartió al ejército por todo el país.

Yuanzhang también incentivó la cultura, sustituyó la madera por el ladrillo en las construcciones e innovó en los exámenes de Estado para aquellos que optaban por la carrera funcionaria (mandarines). Sin embargo, no pudo resolver la escasez de alimento y vestuario para su pueblo.

Periodo Yung-Lo

A su muerte y después de intensas luchas, le sucedió uno de sus hijos, Chengzu (Ch.eng-Tsu), quien llamó a su periodo (1403-1424) Yongle (Yung-Lo) o «eterna felicidad«. Chengzu incentivó el comercio exterior organizando partidas mercantiles a países como Camboya, Malasia y Tailandia, llegando hasta la costa oriental de África.

Asimismo, sometió a Manchuria en 1404, anexionó el reino de Annam en 1407 (hoy Vietnam) y convirtió en protectorado chino a Mongolia en 1410. Trasladó la capital desde Nankín a Pekín (Beijing) y, como esta quedaba más cerca de las fronteras, para protegerla mandó a construir la Gran Muralla exterior (1403-1435), adaptando la ya existente. También inició la edificación de la Ciudad Prohibida (1406) e implantó el neoconfucianismo.

Piratas y manchúes

La China dejada por Chengzu fue muy compleja de administrar para sus sucesores quienes, en los dos siglos siguientes fueron perdiendo poder y posesiones. Durante la monarquía de Yingzong (1435-1449) los mongoles invadieron China por el norte, apresando al propio emperador, mientras, por el sur, el imperio sufrió los constantes ataques de los piratas japoneses que debilitaron su marina y comercio.

Después del retiro de los invasores mongoles, en 1453, se inició una ofensiva contra los piratas nipones que tuvo un relativo éxito, aunque la paz con ellos se firmó solo en 1595. En esta época la dinastía Ming se fortaleció y hubo un resurgimiento económico a través del mayor uso de las monedas y lingotes de plata. Se produjo la migración campo-ciudad y las urbes se convirtieron en activos centros industriales de la seda, cerámica, papel y hierro.

También comenzaron a llegar los europeos a China, representados por comerciantes y misioneros portugueses, seguidos por españoles, holandeses e ingleses. Mientras tanto, la rigidez de las instituciones, los excesivos gastos de los gobernantes, la negligencia de los eunucos (hombres castrados), que prácticamente controlaban el gobierno, las continuas luchas internas provocaron una profunda crisis que fue aprovechada por los manchúes quienes, ante el suicidio del último emperador del linaje de los Ming, se instalaron en el trono de China y fundaron la dinastía Qing,en 1644.

El Renacimiento

Basado en el poder de su ejército y en el sistema burocrático de su gobierno, la dinastía Qing (Ch.ing o Ts.ing) logró levantar a una alicaída China llevándola a una era de paz y riqueza. Sus fronteras alcanzaron su extensión máxima: se pacificó el Tíbet y se venció a los mongoles, Annam, Birmania y Nepal aceptaron las fronteras del sur y Formosa fue conquistada en1680.

La agricultura se desarrolló notablemente gracias a la introducción de nuevos cultivos como el maíz, el tabaco,el sorgo y la papa. El comerció creciócon el establecimiento de colonias europeas (portuguesas, holandesas y británicas) y, en 300 años, la población aumentó de 150 millones de habitantes a 400 millones.

Sin embargo, a fines del siglo XVIII, los grandes gastos de la corte y la corrupción administrativa derivaron en una crisis social y económica que aprovecharon los europeos para forzar a China a una mayor apertura comercial. En 1839 se produjo la»Guerra del opio» entre los ingleses y los chinos que terminó con la victoria de los primeros. Los orientales tuvieron que abrir importantes puertos (como Shangai y Cantón) y ceder el de Hong Kong a los extranjeros.

Ante la conducta imperialista de los países occidentales y de Japón, y con la complicidad de la emperatriz Tz.u-Hsi, en 1900 se produjo la rebelión de los boxers, sociedad campesina secreta contraria a los occidentales y al cristianismo, que asediaron las delegaciones europeas. Esta revuelta fue aniquilada por fuerzas estadounidenses, alemanas, francesas, británicas, rusas y japonesas. Esta situación debilitó a la dinastía Qing.

Aprovechando la decadencia imperial y apoyado en los estudiantes y trabajadores, en 1911, Sun Yat-sen (Zhongshan), fundador del partido nacionalista llamado Guomindang (Kuomintang) se hizo del poder, provocando, un año después, la abdicación del último emperador de China, Pu Yi.


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