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INDICE

Nació el 12 de febrero de 1809, en Sherewsbury, Inglaterra. Fue el quinto hijo del destacado médico Robert Waring Darwin y de Susannah Wedgwood. Tras la muerte de su madre, en 1817, su educación transcurrió en una escuela local, donde dio las primeras muestras de su gusto por la historia natural. En octubre de 1825 ingresó en la Universidad de Edimburgo, para estudiar medicina por decisión de su padre. Sin embargo, Darwin no consiguió interesarse por la carrera, retirandose un año más tarde. De modo que su padre le propuso una carrera eclesiástica. Darwin aceptó con gusto la idea y, a principios de 1828, ingresó a la carrera de Teología en la Universidad de Cambridge, sin embargo, se interesó por la historia natural. Allí conoció a dos figuras: el geólogo Adam Sedgwick y el naturalista John Stevens Henslow, quien sería su maestro. De su admiración por él nació su pasión por la naturaleza y la Geología.

El viaje del Beagle

Después de graduarse en Cambridge, en 1831, Darwin, de 22 años, fue invitado, como naturalista sin sueldo, a una expedición científica alrededor del mundo a bordo del barco inglés HMS Beagle, comandado por el capitán Robert FitzRoy. El objetivo del periplo, de casi cinco años de duración (entre el 27 de diciembre de 1831 y el 2 de octubre de 1836. Su misión era la de levantar cartas hidrográficas y geográficas, estudiar las costas de América del Sur y hacer observaciones cronométricas.Además de  completar el estudio topográfico de los territorios de la Patagonia y Tierra del Fuego, hacer el trazado de las costas de Chile, Perú y algunas islas del Pacífico y realizar una serie de medidas cronométricas alrededor del mundo.

El estudio de la geología fue el factor que más contribuyó a convertir el viaje en la verdadera escuela de formación de Darwin como investigador. En Sao Tiago (Cabo Verde) tuvo por vez primera la idea de que las rocas blancas que observaba habían sido producidas por la lava derretida de antiguas erupciones volcánicas. En las islas Galápagos encontró unos lagartos gigantes que la ciencia del momento creía extinguidos y un grupo de pájaros hoy conocidos como pinzones de Darwin. La explicación que empezó a gestar sobre estos últimos fue que había acontecido una adaptación particular de las especies a las condiciones de su hábitat, en un proceso que duró millones de años.

El primer puerto americano en que recaló la Beagle fue Río de Janeiro, donde comenzó el que el propio Darwin calificaría como «el viaje que sería el acontecimiento más grande de mi vida».

La expedición estuvo en Brasil entre abril y junio de 1832. Luego recorrió la costa de Uruguay, Argentina y la Patagonia Oriental hasta finales del mismo año, llegando a Tierra del Fuego el 13 de diciembre. Durante 72 días los científicos exploraron estas tierras, conviviendo con indígenas fueguinos.

Chile: «¡Qué admirable país…!»

El itinerario de su estadía en territorio propiamente reconocido como chileno se inició el 21 de mayo de 1834, cuando la Beagle ingresó al Estrecho de Magallanes. Allí permaneció 20 días explorando las costas de este canal. El 10 de junio la nave salió al Océano Pacífico y ya el 28 del mismo mes llegó a Chiloé.

En julio los viajeros se trasladaron al puerto de Valparaíso. Al respecto, Darwin escribió: «¡Qué admirable país para recorrerlo a pie! ¡Qué espléndidas flores! (…) ¡Qué inmensa diferencia aporta un hermoso clima en la felicidad de la vida!».

Desde Valparaíso, el científico realizó excursiones a Quintero, Quillota, San Felipe, Jahuel, y el valle y cerro La Campana. Estas le permitieron apreciar a grandes rasgos la geomorfología del territorio nacional.

Explorando el Sur

El 28 de agosto, después de cruzar la Cuesta Zapata, Darwin llegó a Santiago, donde se dedicó a visitar los alrededores. En septiembre realizó excursiones a Rancagua, las Termas de Cauquenes, Tagua Tagua, San Fernando, Navidad, Casablanca. Al regresar a Valparaíso se enfermó y debió permanecer un mes en cama.

A inicios de noviembre de 1834 viajó a Chiloé, donde hasta final de mes recorrió la isla por San Carlos de Ancud, Quinchao, Castro, Lemuy y San Pedro. El 13 de diciembre inició un viaje hacia las Islas Guaitecas y el Archipiélago de Los Chonos.

En su viaje hacia el Sur, Darwin no dejó de admirar la «lujuriante vegetación». De la isla de Chiloé dijo: «Las selvas son tan impenetrables que la tierra no se cultiva en parte alguna, salvo junto a la costa y en los islotes vecinos…».

Durante enero de 1835 volvió a realizar excursiones en la Isla de Chiloé, a San Carlos de Ancud. Se trasladó luego al continente, a conocer el volcán Osorno que estaba en esos días en erupción, y volvió a los alrededores de Castro, Chonchi y Cucao.

Terremoto en Valdivia y despedida de Chile

El 20 de febrero de 1835 Darwin se encontraba camino a Valdivia, cuando ocurrió un terremoto y maremoto frente a sus costas, que afectó hasta más allá de la ciudad de Concepción por el norte. Recorrió estas dos ciudades, interesándose por los fenómenos geológicos que afectaban a Chile. «Un solo terremoto puede destruir la prosperidad de un país», reflexionó.

De vuelta en Santiago, en la primera quincena de marzo de 1835, emprendió una excursión cruzando la Cordillera de los Andes y se dirigió a la ciudad de Mendoza donde permaneció 5 días. Regresó a Chile y se dirigió a Valparaíso. En el puerto ordenó las muestras de flora y fauna recolectadas y planificó la que sería su última travesía por suelo nacional: el viaje por tierra hasta el puerto de Coquimbo.

Entre fines de abril y el 5 julio recorrió la región minera visitando las localidades de Huasco, Carrizal, Freirina, Vallenar y Copiapó.

El 12 de julio se embarcó en la fragata Beagle rumbo al puerto entonces peruano de Iquique, diciendo adiós a Chile. Desde allí, recorrió las costas de Perú, Ecuador y el archipiélago de las Galápagos entre septiembre y octubre de 1835.

Publica su diario

Darwin regresó a Inglaterra el 2 de octubre de 1836, después de un recorrido que duró 60 meses. En 1839 se casó y se radicó en el condado de Kent, en Down, al sur de Londres.

En 1849 publicó su diario Viaje de un Naturalista Alrededor del Mundo en Londres. El relato de Darwin -unido a las iconografías de Conrad Martens y de Mauricio Rugendas- representa una fuente para el conocimiento del pasado de Chile, sobre sus paisajes, flora y fauna. Asimismo, contiene sus opiniones acerca de los sucesos políticos, sociales y étnicos durante su estadía en el territorio. Sus reflexiones son testimonios valiosos para percibir el cambio ecológico en nuestro país.

Trabaja en su teoría

Después de regresar a Inglaterra, Entre 1836 y 1844,  Darwin logró realizar el primer esquema de la teoría que lo haría conocido en todo el mundo. Tras muchos meses de trabajo, en octubre de 1838 al leer casualmente el libro Ensayo sobre la Población (1798), del economista británico Thomas Robert Malthus, comenzó a desarrollar su teoría, tal como lo dice dice Darwin en su autobiografía.Él empezó a ordenar sus ideas sobre cómo evolucionaron los organismos. En su teoría aplicó algunos razonamientos de Malthus a los animales y a las plantas. Durante las dos décadas siguientes trabajó en su teoría:El Origen de las Especies, publicada en 1859. Este libro planteó, esencialmente, que debido al problema de la escasez de comida descrito por Malthus, las crías nacidas de cualquier especie compiten por la supervivencia. Las que sobreviven, que darán origen a la próxima generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables, y estas variaciones se pasan por herencia. Por lo tanto, cada generación mejorará su adaptabilidad con respecto a las generaciones precedentes, y este proceso gradual y continuo sería la causa de la evolución de las especies.

Darwin reconoció dos grandes influencias en la concepción de su Teoría de la Evolución: la lectura de Thomas Robert Malthus y la obra de Charles Lyell Principles of Geology. Entre 1844 y 1858 Darwin se dedicó exclusivamente a desarrollar su teoría. No obstante, sería la publicación de un artículo de A. R. Wallace -quien había logrado llegar a una conclusión muy parecida a la suya- en 1858, lo que aceleró la publicación de su libro, preocupado de la originalidad del tema en cuestión.

El Origen de las Especies

El Origen de las Especies se publicó en Londres el 24 de noviembre de 1859, logrando inmediatamente una reacción general en el mundo científico europeo. Darwin no estaba de acuerdo con la definición de evolución que existía en ese entonces, asociada más a la providencia divina. Su teoría evolutiva estaba basada en el azar y en la selección natural impuesta por un medio ambiente externo. Era una versión materialista y antiteológica de la historia de la vida. El científico creía que los organismos vivos eran evolucionados no por sus transformaciones en complejidad, sino por su adaptación al medio en que se desenvolvían.

Sus últimos años

Darwin pasó el resto de su vida desarrollando diferentes aspectos de su teoría. Sus libros posteriores, incluyendo La Variación de los Animales y Plantas bajo Domesticación (1868), El Descendiente del Hombre (1871) y La Expresión de las Emociones en los Animales y el Hombre (1872), fueron exposiciones detalladas de temas que se habían tratado muy al pasar en El Origen de las Especies.

En 1879 el investigador había declarado: «Creo haber actuado justamente siguiendo sin desmayo y dedicando mi vida a la ciencia. No siente remordimiento de haber cometido ningún pecado grave, pero muchas veces he lamentado no haber hecho el bien más directamente a mis semejantes».

Ese mismo año,  la salud de Darwin empeoró. Sufrió un ataque al corazón y solo las atenciones de un médico aliviaron su estado de salud hasta 1882. Darwin repetía constantemente: «No tengo ningún miedo a morir». Falleció trás un paro cardíaco el 19 de abril de 1882.

Su funeral se realizó el 26 de abril de 1882, en la Abadía de Westminster, lugar donde sus restos fueron sepultados a pocos metros de la tumba de Isaac Newton.

Reacciones a la Teoría

La reacción frente al Origen de las Especies fue inmediata. Algunos biólogos argumentaron que Darwin no pudo probar su hipótesis. Otros criticaron el concepto de variación de Darwin, argumentando que no pudo explicar ni el origen de las variaciones ni cómo se pasaban a las generaciones siguientes. Esta objeción científica ya había sido resuelta por Gregor Mendel, pero Darwin nunca conoció los resultados de las investigaciones genéticas realizadas por este oscuro monje austriaco, que solo se conocieron en 1900.


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