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Oh gorrión de ojos almendrados
mejor vete, o el presagio de 
muerte llegará su fin.

¡Oh! fiel acompañante de aquella
alma perdida que con sus cantos
llama aquel que ya no respira.
 
Cantos de sufrimiento, llama
a su amado que yace cazado
por el presagio de muerte.
 
Cayó en aquellas garras de mal
que en tales afiladas traspasan
un corazón puro e inocente.