Un día dos niños estaban mirando por un telescopio y se asombraron al ver un lucero hermoso, era como un diamante en el cielo, era más o menos como la estrella de Belén.
Todos los días los niños se juntaban para verlo y cada día se veía más y más cerca.
Los niños investigaron en internet y excepto por la estrella de Belén no habían datos, así es que se les ocurrió inventarle un nombre: Aquilian.
Una calurosa noche el lucero era demasiado grande, era el apocalipcis. Pero de pronto la estrella se paró y se alejó y frente a sus casas estaba escrito «retrocedí por respeto».