Creo que debiese yo entenderte, porque aunque hayas sido un católico bien cristiano, sé que te convertiste en un anarco en este último tiempo, y eso no es malo.
Sé muy bien que debo entenderte, porque eres un cabro ultra enamoradizo y cuando te llega el amor, te cuesta olvidar. Sé que debo entenderte, porque tú me entiendes a mi, y aunque sea imprudente tengo que decir que se te ha olvidado el camino a mi casa, las tardes juntos y los consejos que compartíamos, las definiciones poéticas y todas esas cosas que después de que las haces pasan a la historia, todas esas cosas que son tan similares a la vida, que son la vida misma, que son las cosas que crean la vida y realmente te llenan la cabeza de emociones. Ni buenas ni malas, sólo emociones… cada autor definirá como son, valga la redundancia. Tengo tres cosas para decirte, que mi casa esta a 251 pasos de la tuya, que sigues siendo mi hermano, y la otra se me olvidó… pero era larga y chamullenta.
