En un racho muy lejano vivían dos caballos, uno se llamaba Rayo y el otro Rompe-espaldas. Tenían un dueño que se llamaba José.
Los caballos caminaban a una carrera en el rancho de Mario.
Mario tenía un caballo muy veloz. Estaban empezando la carrera y José intento ganarle, pero no pudo.
Después de la carrera, se encontró un caballo y lo entrenó hasta que se volvió fuerte y alto. Entonces, retó a Mario a una nueva competencia.
Al empezar la carrera, Mario iba adelante, después iban empatados, estaban muy cerca de la meta; estaban a punto de llegar, cuando José ganó la carrera y al caballo lo llamó Ganador.
Fin.
Por: Cristopher Díaz, 4º básico.