Había una vez un matrimonio que tenía una hija de 5 años. Esta niña no tenía hermanos. Ella era muy regalona y nunca le faltó el amor, pero le faltaba alguien con quién jugar, ya que donde vivían eran todos adultos.
Un día cuando la abuelita y la niña regresaban del colegio en el patio de una casita vieron una perrita con varios cachorritos. A la abuelita, que amaba tanto a su nieta, se le ocurrió que sería muy buena idea tener una como mascota para que ella jugara y no se aburriera.
Y sucedió un día que pasaron a consultar y, el dueño de estos cachorros, le dio a elegir a la pequeña una perrita y se la regaló, la niña estaba muy contenta, saltaba de alegría y jugaba todos los días con su linda mascota.
Le puso por nombre Princess, era chiquita, color amarillenta, muy tierna y juguetona, le compró una capita para que no pasara frío. Cuando la niña regresaba del colegio la mascota corría muy contenta moviendo la cola a su encuentro y así pasaron los días y las 2 juntas eran felices.
Pero un día la perrita se enfermó muy gravemente, aunque se trató de sanarla no se logró y el tatita Dios se la llevó al cielo para que no sufriera. En el cielo se convirtió en una linda estrella y cuida a la niña desde allá. Por las noches la pequeña le pide a Dios que cuide su linda perrita.
Los padres de Bárbara, porque así se llama la niña, le prometieron que más adelante cuando no haga tanto frío, le comprarían otra mascota para que pueda jugar y la acompañe.
Colorado, colorín probablemente más adelante tenga otro fin…