En un pueblo muy pequeño había un niño llamado Manuel, que soñaba todos los días con ser Rey de toda una aldea. Quería tener un palacio tan grande que entraran todos los niños pobres y necesitados. Él pensó un día que si quería ser Rey tenia que actuar como uno; agarró lápiz y papel y escribió unas líneas para recitarlas a todos sus amigos y todos se rieron.
Luego de unos días, Manuel se sintió mal por no poder hacer lo que quería y por la burla de sus amigos y por su mamá que insistía en decirle que su sueño era tonto y que no lo iba a cumplir nunca.
Después muchos años Manuel creció y cumplió su sueño pero no fue Rey, sino que creó una Fundación para niños pobres.
De ahí su mama le pidió disculpas y le dijo «que bien tener un hijo tan bueno» como él.
Si tienes un sueño y quieres hacerlo realidad lucha hasta que se cumpla.
