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El viento es el movimiento del aire. Los vientos globales se generan como consecuencia del desplazamiento del aire desde zonas de alta presión a zonas de baja presión, determinando los vientos dominantes de una área o región.

El viento corresponde a corrientes de aire que se producen a partir de una diferencia de la presión atmosférica. Esta diferencia hace que el aire se desplace de las zonas de mayor presión a las de menor presión.

El viento posee dos características fundamentales: velocidad y dirección. La primera depende de la diferencia de presión entre dos zonas y la distancia existente entre ellas. Por ejemplo, si la distancia es pequeña y la diferencia de presión es muy alta, el viento será muy fuerte, y viceversa.

Para medir la fuerza del viento existe un instrumentos llamado anemómetro. Cuando los vientos son de 10 kilómetros por hora en promedio, se consideran suaves; cuando alcanzan una velocidad de 100 kilómetros por hora, se consideran fuertes.

La dirección, en cambio, consiste en saber el punto desde el cual sopla el viento y esto lo mide la veleta, así se sabrá su orientación.

el viento
El viento y sus moviemientos. Foto: Pixabay

El viento y sus movimientos

Para saber cómo se mueven los vientos, debemos saber por qué se producen los cambios de presión. Esta depende básicamente de la temperatura. Cuando la atmósfera se calienta, sus capas inferiores lo hacen antes que las superiores; esto lleva a que el aire se dilate y comience a subir, ya que el aire caliente siempre está ascendiendo, a diferencia del frío que solo ocupa el lugar del anterior. Este fenómeno produce una corriente circular, donde interactúan dos elementos: el aire y el calor.

Existen vientos regulares, aquellos que soplan constantemente en la misma dirección y relativamente con la misma intensidad, como los alisios que se desplazan desde los trópicos al ecuador; y los periódicos, que se presentan solo en determinadas épocas del año, y con distintas direcciones. Es el caso de los monzones que afecta el Asia meridional.

Huracanes y tornados

Los huracanes, también llamados tifones o ciclones tropicales, consisten en un espiral que en su interior contiene vientos y enormes bancos de nubes, causantes de las lluvias más grandes conocidas hasta hoy.

Las principales causas de este fenómeno atmosférico son: la existencia de gran cantidad de humedad y altas temperaturas. Esta es una de las razones por las cuales los huracanes solo se producen en las zonas tropicales, donde hace mucho calor y existe bastante humedad en el aire. La velocidad de un huracán alcanza hasta 250 km/hr.

Los tornados son parecidos a los huracanes, especialmente en su forma de girar y de elevarse en torno a un centro de baja presión. Sin embargo, la diferencia principal es que el huracán alcanza una amplitud de 500 kilómetros de diámetro, el tornado llega solo a los 50 metros, aunque su fuerza es tanto o más destructiva que la del tifón. La velocidad del tornado puede llegar a ser de 500 km/hr.

El peligro de estos dos fenómenos es que la diferencia de presión entre el centro (muy baja) y los bordes (muy alta) es tan grande, que puede aprisionar en el “ojo” (centro) a personas y objetos que, debido a la falta de presión en su interior, prácticamente estallan.


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