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Aunque la historia del pueblo maya se relaciona estrechamente con la de los demás pueblos mesoamericanos, este tuvo un desarrollo independiente, que alcanzó el nivel más alto de evolución tecnológica, científica y artística de todas las civilizaciones precolombinas.
Habitaron en un amplio territorio, con características geográficas muy distintas, que se divide geográficamente en tres zonas: en el norte, la península de Yucatán, compuesta por vastas llanuras áridas y desprovistas de corrientes de agua; en el sur, las tierras altas de Guatemala con abundante vegetación y excelente clima, y en el centro, una zona cubierta de espesa selva tropical y recorrida por dos caudalosos ríos, el Motagua y el Usumacinta.

Período Formativo o Preclásico

Esta etapa habría comenzado entre los años 2000 y 1500 A.C. y finalizado en el 300 D.C. Su nacimiento se produjo en la península de Yucatán y bajo la influencia de la civilización Olmeca. Los primeros mayas construyeron en barro afirmado por piedras las primeras aldeas y centros religiosos, además de templos en madera. Sus habitantes practicaron la agricultura primitiva, la pesca y la recolección de vegetales y frutas silvestres. Además, trabajaron la piedra jade, con la que hacían pequeñas figurillas que llevaban adornos y confeccionaban vasijas de cerámica. Los principales núcleos fueron las ciudad de Uazactún y Tikal (se le considera la capital más antigua de los mayas).

Período Clásico o Viejo Imperio

Esta época comprende los seis siglos de mayor grandeza que tuvo esta civilización (300 al 900 D.C.) Primero estuvieron ubicados en la región de El Petén, donde se encontraban las ciudades de Uaxactún y Tikal. Luego, a finales del siglo IV, los mayas iniciaron su expansión territorial, apareciendo nuevos núcleos urbanos, entre ellos Palenque, Piedras Negras, Copán, Uxmal, Bonampak y Sayil. Todas estas ciudades alcanzaron su máximo esplendor entre el 600 y 850 D.C.

Período Posclásico o Nuevo Imperio

Esta etapa, que comprende entre el siglo X y el XVI, empieza con la llegada de los mayas a nuevos dominios, lo que permitió revivir las tradiciones y reorganizar su Estado. Para ello, se fusionaron con un contingente invasor, perteneciente al grupo tolteca, que impusieron sus cultos y un sistema militarista. Tres fueron los núcleos principales en aquellos momentos: Chichen Itza, Uxmal y Mayapán. El primero inauguró la dinastía más fecunda de esta época, ya que mantuvo su hegemonía desde el año 950 hasta el 1200. Luego le tocó el turno a Mayapán, que conservó el dominio cerca de dos siglos, hasta que finalmente fue completamente destruido. El poder político y comercial se fragmentó en 17 «cacicazgos» o provincias independientes y rivales, aunque en algunas formaron alianzas. Esto favoreció la conquista de los Españoles (entre 1527 y 1536) y el fin definitivo de esta civilización.

Mayas escondidos

Recién a finales del siglo XIX, el explorador norteamericano, John Lloyd Stephens, acompañado del pintor inglés Frederick Catherwood, descubrió las impresionantes ruinas de la civilización precolombina más avanzada.