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Casi simultáneamente con la radio, se consolida el cine como industria, que se transformó en un nuevo y poderoso soporte para la difusión de los textos literarios. El cine debía contar una historia a través de imágenes en movimiento, y la literatura (tanto la culta como la masiva) se las proporcionó a montones. La historia se transformó en guion, conservando del original literario sólo las partes dialogadas. El cine dio una imagen a los protagonistas, antes creados por la imaginación de cada lector. La atmósfera, el entorno en que se mueve la historia original se convirtió en ambientación, todo lo cual se reforzó con música.

Muchas obras famosas de la literatura universal han sido trasladadas a este soporte, ya fuesen parte de la literatura culta (gran parte del teatro de Shakespeare) o de la literatura masiva (las novelas de Alejandro Dumas, de Julio Verne, de Emilio Salgari, de Gastón Leroux, etc.).

El origen del cine comenzó su desarrollo en el ámbito científico antes que en el artístico o comercial, como podríamos pensar, ya que el secretario de la Real Sociedad de Londres, Peter Mark Roget, publicó en 1824 un artículo llamado Persistencia de la visión, donde afirmaba que el ojo de las personas era capaz de retener imágenes durante una fracción de segundo al dejar de mirarlas. A partir de esto, comenzaron a realizarse diversos experimentos para confirmar este principio, y fue así, como se descubrió que si 16 imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen pasar también por un segundo, la persistencia de la visión es capaz de unirlas y hacer que se vean como una sola imagen con movimiento continuo.

 

Zoótropo

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Esto era más conocido como zoótropo, una serie de dibujos impresos horizontalmente colocados en el interior de un tambor que va girando sobre un eje. Además, en la mitad de este cilindro hay unas ranuras verticales por las que se mira, lo que permite finalmente que los dibujos los veamos con un movimiento constante.

Paralelo a esto, William Henry Fox Talbot en el Reino Unido y Louis Daguerre en Francia comenzaban a trabajar en lo que sería uno de los primeros pasos del cine: la fotografía. En 1852 las fotografías sustituyeron a los dibujos para ver imágenes animadas, siendo posible fotografiar más tarde el movimiento real de algún objeto en vez de posiciones fijas.

En 1877 el fotógrafo angloestadounidense, Eadweard Muybridge usó una batería de 24 cámaras para grabar el ciclo de movimientos del galope de un caballo.