Fecha de Edición: 20.01.2009
El Valle del Encanto se encuentra ubicado a 24 kilómetros de la ciudad de Ovalle, IV Región de Chile y a 8 kilómetros de la localidad de San Julián. En la zona se encuentra un antiguo asentamiento indígena en el que permanecen importantes vestigios arqueológicos como petroglifos, pictografías, piedras y tacitas o morteros.
Este lugar fue descubierto arqueológicamente en el año 1946 y fue declarado monumento histórico nacional el 5 de febrero de 1973.
Historia encantada
En Valle del Encanto recibió su nombre al conocerse diversas leyendas que dicen que el lugar estaría encantado. Observarlo, visitarlo, nos hace retroceder en el tiempo y participar en las ofrendas que los primitivos habitantes de la zona realizaban a sus dioses.
Era un lugar donde concurrían cazadores y pastores, aprovechando las excelentes condiciones que posee, principalmente la existencia de agua permanente en su lecho, incluso en años secos.
Las excavaciones en el Valle del Encanto han permitido determinar que fue habitado desde hace casi 4.000 años por grupos de cazadores y recolectores de cierta tradición costera quienes a comienzo de nuestra Era dieron paso a nuevas oleadas de individuos, hábiles ceramistas, recolectores con uso creciente de técnicas agrícolas, ganaderos, semi aldeanos que habitaron el lugar hasta el siglo VII d.C. aproximadamente.
Petroglifos
En la superficie de las grandes rocas que conforman el lugar podrás ver gigantes petroglifos. El principal elemento decorativo de los dibujos es la figura humana que se encuentra generalmente en actitud de movimiento. Los rasgos faciales se advierten señalados con círculos y líneas para los ojos, narices y cejas; la boca no se dibuja. Este conjunto de elementos ha permitido a los arqueólogos formular un estilo de arte rupestre, llamado el «Estilo Limarí«.
Pictografías
Las pictografías son de color rojo y se encuentran en escaso número. Presentan una temática geométrica de líneas onduladas o quebradas, desvinculadas de las típicas figuras antropomorfas que se observan en los Petroglifos.
Piedras, tacitas o morteros
En una vegetación compuesta de arbustos pequeños, cactus y algunos árboles de escasos ramajes, se encuentran las Piedras Tacitas y Morteros. Existen en gran variedad y abundancia; se presentan en tres tipos: Cupuliforme, Elipsoides y Cuadrangulares. Tienen un diámetro que varía entre 10 y 15 centímetros y la profundidad de la excavación oscila entre 4 y 8 cms.
Por su ubicación se cree que son contemporáneas a los petroglifos y pictografías; se utilizaron durante la ocupación del Complejo Cultural El Molle.
Investigaciones
Científicos chilenos han trabajado arduamente en la tarea de clasificar a qué cultura pertenecen estas manifestaciones rupestres, llegando a la conclusión que los petroglifos, aunque presentan una diversidad en estilos y técnicas, parecen corresponder al Complejo Cultural El Molle (siglo II-VII de nuestra Era.
Las pictografías pueden ser manifestaciones más antiguas dentro del contexto, sin embargo, también ubicables dentro del Complejo Cultural El Molle.
Respecto de los estilos representados, los expertos señalan que están estrechamente vinculados a la actividad mágico religiosa, no sólo se refieren a la expresión ritual de un grupo humano, sino que, asimismo, a la ayuda sobrenatural en las actividades económicas representadas a través del arte rupestre, expresadas en la caza y pastoreo.