San Alberto Hurtado falleció el día 18 de agosto de 1952. Para conmemorar esa fecha el Parlamento Chileno instauró el «Día de la Solidaridad» que se celebra todos los años con dos actividades centrales.
La primera es la visita de la Presidenta de la República a la tumba del Padre Hurtado. Desde allí la máxima autoridad del país envía un mensaje a todos los chilenos sobre la importancia de la solidaridad y la figura de nuestro Santo. Durante la tarde se celebra una misa en su memoria a la cual están invitados todos los ciudadanos.
Además, la Vicaría de la Esperanza Joven organiza todos los años la Caminata de la Solidaridad, a la cual asisten miles de entusiastas jóvenes que recorren Santiago hasta la Tumba del Padre Hurtado. El Hogar de Cristo participa en masa en una de las estaciones por donde pasan los jóvenes.
Escuchar hace bien: Este 12 de agosto, siéntate y escucha al otro
Este año 2008 la Fundación Padre Hurtado se ha unido con diversas instituciones de la iglesia para realizar en conjunto una gran campaña, en donde su principal objetivo será promover la acción de escuchar bajo el lema:
ESCUCHAR HACE BIEN, MES DE LA SOLIDARIDAD
Con la idea de sensibilizar en el reconocimiento del otro, aportando así en la construcción de una cultura de la solidaridad hacia nuestro Bicentenario.
La invitación a este desafío es para ti y tu establecimiento educacional. El día martes 12 de agosto harán intervenciones urbanas a lo largo de Chile y la idea es que los colegios también la realicen.
Se trata de ubicar dos sillas, una frente a la otra, en donde dos alumnos, o un profesor con un alumno, o un administrativo con un profesor, etc. ocupen estas sillas y se escuchen los unos a los otros a través de una dinámica en la cual se reflexione sobre la importancia de escuchar.
La práctica de la solidaridad es una gran tarea de la que debemos ocuparnos para transformar nuestras vidas y las de los demás.
Como decía San Alberto Hurtado s.j., quien tiene sentido social «comprende perfectamente que todas sus acciones repercuten en los demás hombres, que les producen alegría y dolor, y comprende, por tanto, el valor solemne del menor de sus actos«.
