Los compuestos nitrogenados y fosforados procedentes de las descargas de aguas servidas, los fertilizantes y algunos residuos industriales sirven de abono a las algas, las que proliferan provocando serios problemas. Pueden liberar toxinas o venenos que contaminan los mariscos produciendo distintos males en el hombre: tales como asfixias por envenenamiento, parálisis, problemas cardiovasculares, neurológicos y gastrointestinales.
Los productos químicos también son muy nocivos, debido a que son altamente tóxicos y duraderos. Por ejemplo, la presencia de mercurio (procedente de procesos industriales) u otros metales pesados, como plomo y cadmio (provenientes de los escapes de los vehículos y la contaminación fluvial, respectivamente), en alimentos marinos puede ser fatal, tanto para los habitantes del mar como para el hombre que los consume.
Para evitar el vertido de productos químicos nocivos al mar, es vital el tratamiento de las aguas contaminadas provenientes de las ciudades, terrenos agrícolas o las industrias, porque todo lo que estas contengan daña los ecosistemas marítimos, costeros y también al ser humano, ya sea mediante el contacto físico al ir de paseo a una playa o al ingerir alimentos marinos contaminados (peces, crustáceos o mariscos). Bañarse en una playa con residuos fecales produce infecciones gastrointestinales.
Los derrames de petróleo también impactan gravemente el ecosistema marino, porque permanecen y se expanden sobre la superficie de las aguas impidiendo el intercambio de gases necesario para el desarrollo del plancton, que es la base de la pirámide alimenticia de los océanos. Además, provoca la muerte de muchas aves marinas y peces, y las playas quedan bañadas de petróleo.
Otro elemento dañino es la basura que está depositada en el fondo de los océanos, que no se degrada o lo hace muy lentamente, desde los desechos industriales, hasta los hilos y redes plásticas de los pescadores.
La fauna marina ingiere o se enreda en estos elementos, por lo que mueren muchas aves, ballenas, delfines y focas.
Atentos a la Marea Roja
Este fenómeno es producido por diminutos seres unicelulares planctónicos llamados dinoflagelados, siempre presentes en el mar y que producen una toxina que nos enferma. Incluso puede llegar a ser mortal. Sin embargo, están en cantidades tan pequeñas que generalmente no causan problemas.
Sólo cuando se dan ciertas condiciones, la población de dinoflagelados aumenta en forma desproporcionada y algunos moluscos filtradores, como los bivalvos, empiezan a acumular sus toxinas hasta tornarse venenosos. Si nosotros llegamos a consumir estos moluscos nos envenenaremos y podrían provocarnos incluso la muerte.
Por esto, cuando se detecta la presencia de marea roja, las autoridades prohíben la pesca de estos moluscos y decomisan lo capturado.