LA TERCERA 26 de noviembre, 2006.
Por: Elizabeth Simonsen
Casi el 90% de los sostenedores de colegios particulares subvencionados maneja sólo un establecimiento. El resto está repartido fundamentalmente entre quienes tienen 2 ó 3 colegios y un número todavía menor que maneja más de 3. No es de extrañar entonces la gran variedad de proyectos educativos, tipos de gestión y resultados que se encuentran entre los más de 3.500 colegios subvencionados del país.
Un tema que preocupa a las autoridades y actores del sistema educativo y que ocupó parte importante del trabajo del Consejo Asesor de Educación, cuyo borrador incluyó como una de las propuestas fundamentales acabar con la selección de alumnos que realizan dichos establecimientos, salvo algunas excepciones.
Casi el 90% de los sostenedores de colegios subvencionados tiene solo un |
El universo de colegios subvencionados incluye desde las congregaciones religiosas (como los salesianos, o jesuitas), pasando por grupos económicos emergentes que se centran en la clase media. Sin embargo, el grueso del panorama todavía da cuenta de pequeños sostenedores, cuyos colegios están destinados fundamentalmente a sectores de nivel socieconómico bajo y medio-bajo. Por ejemplo, el 40% sólo se financia con subvención estatal, pues no realiza cobros a los padres.
En ese escenario la regulación del sector resulta complicada. Sin embargo, el panorama tiende a cambiar tímidamente. Escándalos como el del colegio Britannia, que debió cerrar 3 sedes, pues su sostenedor estaba acusado por estafa, y la preocupación por la calidad de la educación, han motivado cambios.
Como respuesta están comenzando a surgir cadenas de colegios cuyo lema es la profesionalización y que resultan más efectivos. Según una investigación realizada por Gregory Elacqua, Dante Contreras y Felipe Salazar, los colegios administrados en red alcanzan hasta 50 puntos en el Simce más que sus pares aislados. Además, al comparar entre sostenedores que operan en red, se concluye que los que poseen más de 3 colegios logran mejores resultados que las redes más pequeñas.
Según explica Elacqua, las economías de escala parecieran tener beneficios que les permiten operar de manera más eficiente, como compartir profesores, asesores, métodos de evaluación y acceder a materiales e infraestructura más barata.
Se trata también de una respuesta a la crisis de financiamiento, opina Rodrigo Bosch, presidente de la Comisión Nacional de Colegios Subvencionados, pues como la subvención es limitada, y los estándares de calidad son mayores, gran parte de las soluciones pasan por recurrir a economías para solventar los costos. Aunque él cree que una mayor consolidación del sector podría impactar negativamente en la diversidad de la oferta educativa.
Colegios Liahonna Sostenedor: Héctor Penna 4 colegios, 3800 alumnos, año de fundación: 1978 “No hemos replicado modelos, nuestra innovación o creatividad es resultado de vivir la experiencia educativa”, explica el profesor normalista Héctor Penna, quien además de ser el sostenedor, es director de uno de sus colegios. Ejemplos del sello de sus colegios es que no |
Sociedad Teniente Dagoberto Godoy
En 1970, la joven profesora Aurelia Munizaga instalaba su primer colegio en La Granja, y aunque 10 años después vendría el segundo colegio en El Bosque, la verdadera expansión comenzó a partir de 2001. Hoy, una planta entera de un edificio de Santiago Centro está dedicada a la gestión de los colegios, donde 24 personas centralizan las decisiones de compras, presupuesto, administración de los Recursos Humanos y todo lo referente a la gestión pedagógica, como la planificación, diseño de currículos y evaluación. “Los colegios sólo tienen que dedicarse a la pedagogía”, explica Walter Oliva. |
SIP Red de Colegios “Sistematizados centralizadamente toda la información de los colegios, tomamos decisiones informadas y realizamos gestión centralizada”, explica Andrea Fuchlocher, gerenta general de la SIP (ex Sociedad de Instrucción Primaria). Con un aporte de los padres de sólo 8 mil pesos, más la subvención estatal, usan economías de escala para los procesos económicos y pedagógicos. Ello ha permitido, por ejemplo, tener expertos que observan y asesoran a los profesores y realizar pruebas externas dos veces al año en las que evalúan el avance de cada curso y colegio. “Usamos el currículo del Mineduc y con estos sistemas vemos cómo evoluciona cada colegio y cada uno de ellos también pone a disposición de los otros sus experiencias”, explica Fuchlocher. |