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LA TERCERA, Sofía Otero

La tarea de las universidades no culmina sólo con la titulación de sus alumnos. Hoy, la meta es que sus egresados obtengan un puesto de trabajo y, por eso, hace dos años comenzaron a reforzar su organización para prestar una red de apoyo a sus ex alumnos.

La principal herramienta de las instituciones es una bolsa de trabajo en línea, donde los egresados incorporan sus currículos y acceden a ofertas exclusivas para profesionales de su casa de estudios. Los planteles reciben entre 80 y 250 peticiones de egresados al mes, donde los ex alumnos postulan libremente. También hay sistemas más sofisticados, como un administrador electrónico que cruza la información de los currículos con las solicitudes de profesionales y le envía un mensaje al egresado. “Le dice ‘tú calzas en un 80% con lo que pide tal empresa’ y ahí él tiene que moverse y llamarlos”, explica la vicerrectora de la U. de los Andes, María José Recaro.

Estas iniciativas también han sido provechosas para las propias universidades, que van corroborando si las competencias de sus alumnos están en la misma línea de lo que exigen los empleadores.

Se busca, se ofrece

Otra estrategia popular entre los planteles son las ferias de trabajo, una jornada donde las empresas envían a sus gerentes de Recursos Humanos para que entrevisten a potenciales empleados. En algunos casos existen ofertas concretas que se cierran en el momento, pero la mayoría de las veces sirve para crear vínculos. La Escuela de Ingeniería de la U. Católica fue la pionera en inaugurar estas instancias. “En 1991 partimos con seis empresas y este año ya nos han confirmado 30”, cuenta la coordinadora de colocaciones de Ingeniería, María Teresa González.

Según la coordinadora de Colocaciones de la U. Adolfo Ibáñez, Camila Calderón, la idea es que con todas estas actividades, los egresados mantengan el contacto con la universidad y la gente de su promoción, porque los ex compañeros también  son posibles empleadores. “Pero para que los graduados puedan sacar real provecho de todas estas alternativas laborales hay que hacerles un couching que oriente su búsqueda”, dice. Si bien los alumnos egresan manejando las competencias de su profesión, la mayoría desconoce cómo  ofrecerlas. No saben cómo destacar sus habilidades en el currículo, cómo enfrentar una entrevista o cómo calcular cuánto valen en el mercado.

Una situación que se repite entre los egresados de casi todos los planteles de educación superior. La Universidad Central, por ejemplo, hizo una capacitación con una consultora donde todos los titulados tuvieron la oportunidad de llevar sus currículos para que la empresa evaluara su elaboración y dictaron una charla sobre pruebas de selección psicológicas en los procesos de reclutamiento. A su vez, en la UDP crearon un Centro de Desarrollo Laboral, donde ofrecen asesoría sobre búsqueda de empleo, cómo negociar sueldos o subir de puesto. Patricia Zamorano, directora de la Unidad de Desarrollo Estudiantil de Economía de la U. Central concluye: “No es que le aseguremos una pega a toda la gente que entra a estudiar. Ofrecemos la posibilidad de insertarse en procesos de selección, que es un plus que muchas generaciones no tuvieron”.


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