Fecha de edición: 11.09.2008
Por Rodrigo López
«Anoche comenzamos la fase de sincronización», explica el responsable de la prueba de los sistemas técnicos del Large Hadron Collider (LHC), Roberto Saban. El acelerador de partículas, que fue puesto en funcionamiento ayer, inició esta mañana una nueva fase, que consiste en inyectar el haz y en bloquearlo tras una sola revolución completa de los 27 kilómetros del acelerador. «Después de cada revolución se observa la trayectoria de los haces y se interviene para perfeccionarla», agregó el experto.
De modo general, los científicos que trabajan en el acelerador -el más grande del mundo y que opera en el Laboratorio Europeo para la Investigación Nuclear de Ginebra (CERN)– tienen la expectativa de que ayude a desentrañar misterios sobre la materia y el origen del universo. En él, trabajan 10.000 expertos de 500 instituciones de 85 países, y un grupo de expertos chilenos, de las Universidades Católica y Federico Santa María, han sido testigos privilegiados.
La UC tiene tres estudiantes de doctorado trabajando en el LHC. Ellos son Diego Romero y Fernando Quiñones, que trabajan en física teórica y Noemí Correa, quien fue la última en integrarse al equipo del LHC, según consignan fuentes de la Universidad.
Marco Aurelio Díaz, profesor de la Facultad de Física de la UC, señala que «se trata del proyecto de física de partículas más grande en la historia de la humanidad. Es un privilegio y un honor enorme formar parte de esta investigación de alcance mundial».
El Bosón de Higgs
Los expertos están obsesionados con la búsqueda del Bosón de Higgs, partícula subatómica hipotética, cuya existencia es predicha por la física de partículas pero que no ha podido ser demostrada experimentalmente. Se le llama coloquialmente «la partícula de Dios», porque de confirmarse su existencia, podría dar un espaldarazo definitivo a la teoría del Big Bang, la gran explosión que dio origen al Universo.
Hasta el momento, la Física de partículas se rige por el «Modelo Standard», que explica gran parte de las interacciones atómicas y subatómicas. Es un modelo que funciona y es coherente, pero tiene una gran interrogante: la Masa. Se puede medir, pero no se sabe exactamente cómo se origina. La masa es lo que permite las aglomeraciones que finalmente forman las moléculas, las personas, los planetas, estrellas y galaxias. En resumen, la masa aglomera a toda la materia.
En teoría, las partículas subatómicas (de las que incluso nosotros estamos compuestos) deberían moverse a la velocidad de la luz, pero eso no es lo que sucede en la realidad. ¿Qué elemento impide que toda la materia se mueva a 300.000 km/s?
Para solucionar este problema, en 1964, el físico británico Peter Higgs y sus colegas teorizaron con un elemento que permitiría unir a la materia, retenerla y frenarla: el bosón, que pretende descubrirse en este experimento.