Allende representaba a la Unidad Popular (UP), conglomerado que estaba compuesto por los partidos Socialista, Comunista, Radical, Socialdemócrata y MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitario).
Las intenciones de este nuevo gobierno eran ser una etapa de transición al socialismo, actuando de manera cuidadosa para no atentar contra la tradición democrática de Chile y también para no causar una reacción negativa de las Fuerzas Armadas. A pesar de esto, no fue capaz de evitar la violencia que diferentes grupos extremistas (tanto de ultraderecha como de ultraizquierda, y de su propio partido) ejercían.
Al interior de la UP existían dos frentes: el revolucionario, que pretendía acelerar el proceso, y otro reformista, que proponía avanzar lentamente y, una vez consolidado, continuar con rapidez.
Plan económico
El gobierno de la UP propuso dividir la economía en tres áreas: social, donde las empresas de interés social pasaban a ser propiedad del Estado; mixta, en la que el Estado sería el principal accionista, y privada, conformada por pequeñas empresas que operaban con bajos capitales. Sin embargo, el traspaso de las grandes compañías al Estado fue rechazado por el Parlamento, donde el gobierno de Allende no tenía la mayoría.
Ante esta situación, el gobierno utilizó un decreto dictado en 1932, que autorizaba la expropiación de cualquiera industria considerada como fundamental para la economía. Este método fue conocido como un resquicio legal, es decir, un uso forzado de la ley. Para cumplir con sus metas y enfrentar la oposición del Congreso el gobierno usó frecuentemente los resquicios legales, además de otros procedimientos, como la compra de acciones, requisiciones y las tomas. Así, en 1973 el gobierno controlaba casi el 80 por ciento de las industrias del país, a través de interventores que no siempre tenían los conocimientos suficientes para dirigirlas. Al mismo tiempo, muchos bancos también fueron adquiridos, con el propósito de estatizarlos.
Donde no hubo ninguna oposición fue en la nacionalización del cobre, en 1971, vital para la economía del país, tanto que es considerado también como el “sueldo de Chile”.
En otras áreas, se aceleró la reforma agraria expropiándose más de dos millones de hectáreas en 1971. Esta situación se tradujo en violentos choques entre los fuertes deseos de los campesinos por mejorar su nivel de vida, estimulados por grupos de extrema izquierda, y los dueños de las tierras, que consideraban que estas no se podían expropiar.
Política social
En la salud, el gobierno de Allende invirtió en equipamientos e instalaciones y, al igual que en otras áreas, reajustó los sueldos de los trabajadores de la salud. En el aspecto alimentario, entregó medio litro gratis de leche diario a cada niño, con una cobertura de, aproximadamente, el 80 por ciento.
En educación, los esfuerzos se concentraron en la enseñanza preescolar, básica e industrial para trabajadores. En vivienda se completó casi en su totalidad el programa de construcción iniciado en el mandato del Presidente Frei Montalva.
Glosario
Expropiación, expropiar: quitarle la posesión de algo a alguien en forma legal y por motivos de utilidad pública.
Comienzan los problemas
El primer año de Allende provocó resultados positivos: el producto bruto había aumentado en un 8,6 por ciento; la inflación había bajado desde un 34,9 por ciento en 1970 a un 22.1 por ciento; la cesantía había disminuido al 3,8 por ciento, y la producción industrial aumentó en un 12 por ciento. Sin embargo, la bonanza duró poco, debido a que, para lograr estos resultados, se recurrió a una gran expansión monetaria, es decir, se emitieron muchos escudos (la moneda de la época) sin el respaldo necesario del Banco Central.
Esta política monetaria, aplicada por el ministro de Economía, Pedro Vuskovic, hizo que el escudo perdiera su valor y provocó una inflación que alcanzó el 140 por ciento en 1972. Como las mercaderías se vendían a un precio fijo, surgió entonces el comercio oculto o mercado negro, donde era más rentable vender productos básicos como arroz, fideos, azúcar y harina, ya que se comerciaban a un alto valor.
Como consecuencia de esta situación las mercancías “desaparecieron” de los supermercados y almacenes, lo que significaba que había que hacer largas filas o “colas” frente a los establecimientos comerciales para conseguirlas.
Ante este serio desabastecimiento, el gobierno creó la Empresa Nacional de Distribución y Comercialización, para proveer al comercio mayorista de productos esenciales. Además, en 1972 formó las Juntas de Abastecimientos y Precios, JAP, que debían establecerse en los barrios para vender a precios oficiales y en forma limitada los productos básicos a sus asociados.
El paro de octubre
Como una forma de protesta contra la difícil situación económica, en octubre de 1972 se realizó un paro convocado por la agrupación de dueños de camiones, a la que luego se le unieron los comerciantes minoristas, varios gremios profesionales e industriales y algunos organismos estudiantiles. Este movimiento exigía al Presidente Allende aceptar sus demandas, contenidas en el llamado Pliego de peticiones de Chile.
Como una forma de dar señales de confianza, el gobierno integró a su gabinete a militares, siendo nombrado como ministro del Interior el Comandante en Jefe del Ejército, general Carlos Prats, además de otros uniformados en diferentes ministerios. La tensión cedió y, luego de 24 días de paralización, el conflicto se resolvió.
¿Sabías que?
El Presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, intentó evitar que Salvador Allende asumiera como Primer Mandatario de Chile. Sin embargo, ninguno de sus planes resultó.
Se desata la crisis
En marzo de 1973, la Unidad Popular logró una votación del 43 por ciento en las elecciones parlamentarias, con lo que alejó la posibilidad de que la oposición, conformada básicamente por el Partido Nacional, PN, y el Demócrata Cristiano, DC, agrupados en la Confederación Democrática, CODE, acusara constitucionalmente al Presidente Allende, debido a que no contaban con la mayoría necesaria en ambas cámaras.
Sin embargo, la situación se hacía cada vez más confusa y delicada. Ante los constantes vetos del Congreso a las iniciativas del Presidente por consolidar sus políticas, este optó por los decretos de insistencia, uno de los tantos resquicios legales, lo que provocaba serios conflictos entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
Por otro lado, la crisis había llegado al Poder Judicial, debido a que las órdenes de los tribunales no eran cumplidas porque el gobierno negaba el auxilio de los carabineros. Las diferentes posiciones alcanzaron altos niveles de intolerancia mutua, que se veía reflejada en las acciones violentas de algunos grupos de extrema derecha, como Patria y Libertad, y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.
Paralelamente, en Santiago se habían formado los cordones industriales, en defensa de las fábricas ubicadas en Cerrillos, Vicuña Mackenna y Panamericana Norte.
La tensión era creciente e, incluso, el 29 de junio de 1973, el regimiento de blindados (tanques) Nº2, al mando del coronel Roberto Souper, rodeó el Palacio de la Moneda en un intento de golpe de Estado que no resultó, aunque se produjeron algunas víctimas.
Paralizaciones y quiebre definitivo
A fines de julio de 1973, los camioneros, el comercio detallista, los mineros de El Teniente y diferentes grupos de profesionales organizaron paros y protestas que fueron reprimidos por el gobierno y sus partidarios. El Presidente Allende convocó nuevamente a los militares a integrar el gobierno, además del general Director de Carabineros. El general Carlos Prats asumió como ministro de Defensa el 9 de agosto, pero el 22 del mismo mes renunció a su cargo no solo ministerial, sino que también al Ejército, por la presión en contra que recibía al interior de su propia institución. Como Comandante en Jefe del Ejército asumió el general Augusto Pinochet.
Por otra parte, los intentos de diálogo político entre el Presidente Allende y la oposición fracasaron y, finalmente, el esquema de los tres tercios o de los tres partidos políticos en que estaba dividido el electorado (UP, DC y PN) se quebró cuando la Democracia Cristiana terminó por unirse al Partido Nacional en la oposición al gobierno.
En agosto de 1973, la situación era inmanejable. La Corte Suprema, a través de un documento público, había representado al gobierno su preocupación por la crisis del estado de derecho y el inevitable quiebre de la juridicidad. Además, la Cámara de Diputados adoptó un acuerdo, por el cual se le manifestó al gobierno de la UP y a los ministros uniformados una serie de actos que consideraba inconstitucionales. Asimismo, se llamaba a los ministros militares a devolver las acciones gubernamentales a la legalidad y a asegurar el orden constitucional.
El ambiente, en los inicios de septiembre de 1973, estaba tan tensionado que el propio Presidente Allende estaba dispuesto a llamar a un plebiscito que solucionara el conflicto político. Pero las Fuerzas Armadas actuaron antes, ya que pensaban que eso solo era un arreglo parcial y una maniobra para ganar tiempo.
El gobierno en llamas
Allende al enterarse de los hechos, se dirigió, junto a un grupo de colaboradores, a La Moneda. Mientras tanto, por las radios comenzaron a emitirse los comunicados de la Junta de Gobierno integrada por los generales Pinochet y Gustavo Leigh, comandantes en jefe del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, a quienes se unieron el almirante José Toribio Merino y el general César Mendoza Durán, quienes, en ese orden, asumieron ese mismo día la jefatura de la Armada y la Dirección General de Carabineros.
En un día controlaron al país, derrotando rápidamente también a los grupos de resistencia en el centro de Santiago. Los cordones industriales también fueron dominados.
Ante la negativa del Presidente Allende de abandonar La Moneda, aviones de la Fuerza Aérea la atacaron con misiles y el edificio estalló en llamas. El gobernante pidió a sus compañeros que se rindieran, y cuando abandonaban el palacio presidencial, Salvador Allende decidió quedarse, para luego suicidarse con la metralleta que le había regalado Fidel Castro.