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La Junta Nacional de Gobierno, compuesta por: Presidente, Mateo de Toro y Zambrano; Vicepresidente, José Santiago Martínez de Aldunate; vocales, Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera y Francisco Javier Reina, convocó elecciones para designar al primer Congreso Nacional de Chile. 

Juan Martínez de Rozas, cuyas ambiciones caudilistas eran por todos conocidas, enfrentó la situación, seguro de que a través de la elección de representantes en todo el territorio, lograría obtener fuerzas que lo respaldaran.

La convocatoria fue hecha el 1 de diciembre de 1810 y en marzo del año siguiente ya estaban elegidos los diputados de todas las provincias del país, con la sola excepción de Santiago y Valparaíso.

Tal como Rozas lo sospechaba, las fuerzas entre los diputados electos estaban bien equilibradas y podía contar con un grupo importante a su favor.

Motín al primer Congreso Nacional de Chile

El 1 de abril de 1811 debían efectuarse las elecciones para diputados en Santiago. Sin embargo, los comicios no pudieron realizarse porque los soldados que estaban resguardando la Plaza del Consulado, en donde se efectuaría la elección, se levantaron en armas poniendo en frente al teniente coronel Tomás de Figueroa, quien se apresuró a proclamar su oposición a la Junta.

primer congreso nacional de Chile
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile

Pero el conocido como motín de Figueroa estaba abortado desde un principio: ni los miembros de la Junta ni los del Cabildo (organización representativa de los ciudadanos) se encontraban en la Plaza del Consulado y los miembros de la Real Audiencia (organización representativa de la corona española) intentaron persuadirlo de sus fines.

Desconcertado, Tomás de Figueroa recibió el ataque de la guarnición de Santiago que, por orden de los miembros de la Junta, lo persiguieron, arrestaron y fusilaron antes de que se hubieran cumplido 24 horas del intento de sublevación.

Se cuenta que durante este episodio, el Fraile de la Buena Muerte, Camilo Henríquez, arremangó sus sotanas para perseguir personalmente a los militares alzados y más tarde se le vio en la plaza pública arengando al pueblo.