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La danza del grupo Rapa Nui, así como todas las manifestaciones culturales, constituyen parte importante de la cosmovisión del pueblo insular. De origen ancestral, muchos bailes isleños se han extinguido, influyendo en parte en ello la evangelización católica, que censuró algunas manifestaciones por su carga erótica debida al sentido de fertilización o iniciación sexual.

La danza más conocida de la isla es el sau sau. De gran presencia escénica y mediática, el sau sau se ha transformado paulatinamente en la carta de presentación cultural de la isla hacia el continente. De aparente origen samoano, el sau sau es sinónimo de baile y fiesta. Su carácter es eminentemente recreativo y posee un marcado acento erótico, apreciable en los ondulantes movimientos de manos y caderas.

En la década de 1960 se hizo popular en Isla de Pascua el tamuré. Casi tan popular en el continente como el sau sau, este baile de origen tahitiano es mucho más agresivo, incluso acrobático, con fuertes movimientos pélvicos que pretenden hacer evidente el acto amoroso.

A estas dos hay que sumar una serie de danzas más tradicionales, aunque posiblemente menos conocidas. Es el caso del atarita o upa-upa, danza de pareja mixta caracterizada por los saltos en un pie que hace el hombre, para luego con un pequeño salto cambiar de apoyo, mientras su pareja efectúa movimientos pendulares.

Hay también algunas danzas colectivas, con movimientos circulares, semi-circulares o en fila, avanzando y retrocediendo. Es el caso del oko, danza circular de carácter fálico en que los hombres emiten sonidos guturales llamados ngau, acompañados de saltos bajos y movimientos incitantes y violentos. También existe el kaunga terongo, danza masculina de origen guerrero o de iniciación a la pubertad, donde el hombre baila acompañado de un bastón llamado toko-toko. Se puede mencionar además el haka piri, baile de pareja en que hombre y mujer unen sus pelvis, puko vahine y puku langala, y mueven circularmente sus caderas, llevando los brazos en jarra, arriba o con las palmas de la mano sobre la nuca. Otro ejemplo es el nagana, especie de zapateado en que se baila sobre un pie lanzando el otro con fuerza hacia delante.

Existen también una serie de danzas miméticas, en las que se simulan leyendas, combates o actividades cotidianas, como es el caso de la «danza del bote«. Entre ellas, hay un tipo de baile en que el danzante solamente a través del movimiento de brazos y manos, sin desplazamiento, da cuenta del texto de la canción interpretada, otorgando con breves ademanes profundos significados propios de la tradición Rapa Nui.

Sau Sau

En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de origen samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en la década del año 1940, que en la Isla ha tomado características propias.

Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza, en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el Sau Sau, las parejas se unen y se apartan con movimientos rápidos de caderas.

En esta danza, los pascuenses, en especial las mujeres, se ponen una vestimenta de plumas de colores, que conjunto modernos de danzas están introduciendo.

El autorizado autor de «La Herencia Musical de Rapa Nui», doctor Ramón Campbell, describe así esta danza:

«La pareja empieza el baile como un verdadero corrido, abrazando el varón a la dama y dando algunas vueltas por la pista de baile. Después de una, tres o cuatro vueltas de corrido, la dama es soltada del brazo que la ciñe y queda cogida sólo por la mano izquierda del galán. Entonces debe ella hacer algunas vueltas sobre sí misma, girando sobre el eje que le proporciona su compañero con su mano, mientras la contempla girar. Después de esta fase, en la cual la dama da una, dos o tres vueltas sobre su eje, la pareja se separa y se inicia la parte más original del baile. Esta parte se caracteriza por cruces más o menos en línea oblicua de la pareja en uno y otro sentido, siempre dándose el frente y ejecutando diversas figuras paralelas que se van complicando cada vez más. La multiplicidad de las figuras que ejecuta la pareja se alterna con pequeños intervalos en los cuales los danzantes, colocados a los extremos de sus respectivas pistas, se detienen un instante para iniciar una nueva figura de diferente forma».

Ula Ula

Danza de origen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del original, según el doctor Ramón Campbell. «Danzando generalmente en ritmo de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos, haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro, imitando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora. No suele haber en este tipo de danza movimientos indecentes o provocativos. Se suele alternar el movimiento bailable con figuras, las cuales las piernas se van flectando paulatinamente hasta casi tocar las asentaderas con los talones, y tomando posición de cuclillas sin dejar de ondular rítmicamente y alzarse después en forma inversa».

Tamuré

Danza propiamente tahitiana, cuya gracia radica en dos aspectos principales. «Por una parte, la verdadera acrobacia que es preciso desarrollar con las piernas, en movimientos extraordinariamente rápidos y la ejecución de movimientos de vaivén pelvianos más o menos violentos» (Rammón Campbell).

Los que ejecutan bien esta danza son los hombres que han viajado a Tahiti. Las mujeres en contadas oportunidades se atreven a hacer los pasos o figuras del Tamuré tahitiano.

Danzas y cantos actuales son estilizaciones del folclor polinésico. De origen reciente están el Vals tahitiano y el Tango pascuense.