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Matemáticas sube 6 puntos y se consolida alza en lenguaje. Seis puntos creció el promedio Simce nacional de matemáticas de cuarto básico entre 2010 y 2011, pasando de 253 a 259 puntos. Se trata de la segunda alza significativa de la última década, en un sector en el que los resultados suelen estar estancados: sólo entre 2008 y 2009 hubo otra alza de seis puntos. En total, desde 1999, el aumento llega a los 9 puntos. Según el ministro de Educación, Harald Beyer, quien presentó los resultados de la prueba Simce en conjunto con el Presidente Sebastián Piñera, las mejoras obedecen a «políticas de períodos anteriores, como la Subvención Escolar Preferencial, a la que el gobierno actual le está agregando más recursos; y a un apoyo sistemático al trabajo de las escuelas». Un fenómeno que los expertos valoraron como una muestra del mejoramiento de las capacidades de los colegios. «En lenguaje, hay efecto más sistémico de padres más educados o que leen más. En matemáticas, la incidencia de la escuela es mayor», dice Lorena Meckes, del CEPPE. En lenguaje, si bien hubo un descenso de cuatro puntos en el promedio nacional (no significativo), pasando de 271 puntos en 2010 a 267 en 2011, los expertos destacaron que se consolidan los avances de mediciones anteriores. «Cuando mides todos los años, como sucede con cuarto, hay que mirar las tendencias generales. Desde 1999, hay un avance, aumentando el puntaje promedio en 17 puntos «, dice Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación. El 30% de los niños de cuarto básico está en nivel avanzado de lectura y el número de escolares en el nivel inicial (atrasado en sus conocimientos) se redujo de 36% a 31%.

Niños pobres logran la mayor alza histórica. Los escolares vulnerables de cuarto básico (aquellos con ingresos familiares de hasta $ 160 mil) empezaron la década del 2000 con un puntaje promedio de 220 puntos en matemáticas y a 81 puntos de los más ricos. El año pasado, habían subido a 235 puntos, logrando quince puntos más, doce de los cuales se consiguieron en el último año. En la misma prueba, los estudiantes municipales subieron nueve puntos en un año. Ambas son la mayor alza de la década, ya que nunca antes habían logrado subir más de cuatro o cinco puntos en esa materia. Un fenómeno que los expertos atribuyen a la ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP), que da recursos extras a los más pobres y que obliga a los colegios a elaborar planes de desempeño. Si bien las metas están puestas en lectura, el mejoramiento de la comprensión lectora incidiría indirectamente en los resultados de los otros ramos más allá de lenguaje. «Desde que se implementa la ley SEP comienzan a subir los resultados. La ley puso la presión y el apoyo iniciales para gestar este despegue», sostiene Ernesto Treviño, director del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la UDP.

Resultados en octavo estancados. Aumentos no significativos de los promedios nacionales de un año para otro en tres de las cuatro pruebas y ganancias de sólo cuatro puntos en la década en lectura y de ocho en matemáticas, permiten a los expertos concluir que los desempeños en este curso con el que termina la enseñanza básica están estancados. Es más, en matemáticas el 65% de los niños está atrasado en conocimientos en matemáticas, cinco puntos porcentuales más que en la prueba anterior, de 2009. «Esos niños cuando rindieron el Simce en cuarto básico, en 2007, tuvieron un desempeño menor que el de años anteriores. El sistema no fue capaz de subsanar sus deficiencias», sostiene Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile. Un fenómeno que Meckes atribuye a la falta de profesores especialistas: en la mayoría de los colegios, los docentes a cargo de octavo fueron formados como educadores básicos; es decir, para enseñar doce disciplinas y en ocho grados.

La elite no tiene avances. Los alumnos de nivel socioeconómico alto escaparon a las buenas noticias. Por ejemplo, en el Simce de cuarto básico no hubo alzas significativas en matemáticas entre 2010 y 2011 (sólo subieron un punto) y en lenguaje los particulares cayeron cuatro puntos, mientras que en octavo los de altos ingresos bajaron seis puntos en relación a la rendición anterior. A nivel histórico tampoco hay alzas: mientras los más pobres subieron quince puntos en matemática de cuarto en la década, los más ricos (con ingresos superiores a $ 1,2 millón) se mantuvieron. Y en lectura, mientras los vulnerables crecieron 17 puntos, la elite bajó tres puntos entre 2002 y 2011. Un fenómeno que también se evidenció en pruebas internacionales. «Una hipótesis es que estos colegios se centran en seleccionar, por capacidades de pago y académicamente a los alumnos, y luego se esfuerzan poco», dice Valenzuela.

Brechas disminuyen. Desde 2009, la diferencia entre alumnos ricos y pobres se ha acortado, a pesar de que aún el nivel socioeconómico es determinante en los resultados. En matemáticas en cuarto básico, la brecha se redujo en nueve puntos, respecto a 2010, pasando de 75 a 66 puntos. La reducción más considerable para ese curso fue en ciencias naturales, con 10 puntos. El alza de los más pobres explica gran parte de la disminución. «Es la tendencia de los grupos socioeconómicos más bajos a subir sus puntuaciones del Simce la que explica el cierre de la brecha», dice Treviño. Entre colegios particulares y municipales ha sucedido lo mismo: en 1999, en lectura de cuarto básico, los primeros aventajaban a los segundos en 60 puntos; en 2011 la distancia se redujo a 44 puntos.


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