Para realizar esta actividad necesitas:
– Lentejas
– Dos potes o vasos de vidrio de boca ancha
– Pote pequeño
– Algodón
– Agua
Paso 1
Remoja varias lentejas en agua toda la noche.
Paso 2
Pon el algodón dentro de cada uno de los dos potes o vasos de vidrio y humedécelo con el agua. Coloca las lentejas entre este, separadas una de otra y en distintas posiciones (horizontal, vertical, diagonal), manteniéndolas cerca de la superficie. Durante varios días, pon los potes en un sitio donde les llegue la luz del sol, pero no de manera directa, como a través de una ventana. Mantén húmedo el algodón.
Paso 3
Lentamente le aparecerán tallo, raíces y hojas a cada una de las lentejas.
Paso 4
Después de que las plantitas hayan crecido aproximadamente 2,5 cm por sobre los potes, coloca de lado o acostado uno de ellos. Tanto las raíces como el tallo deben quedar dispuestos horizontalmente. Continúa cuidándolas y observando lo que ocurre.
Conclusión
En pocos días verás que los tallos de las plantas del pote que acostaste empiezan a crecer hacia arriba, y las raíces hacia abajo, cambiando su orientación de horizontal a vertical.
El tallo de las plantas crece hacia la luz y hacia arriba, mientras que las raíces lo hacen hacia abajo, como dirigidas al centro de la Tierra.
Esto se debe a que las plantas tienen unas hormonas que responden al impulso gravitacional de nuestro planeta. Esta respuesta se llama geotropismo, palabra que proviene del término griego que significa girando hacia la Tierra. Por eso, no importa como siembres las semillas; los tallos de todas formas crecerán hacia arriba, alejándose del centro de la Tierra (geotropismo negativo), así como las raíces lo harán siempre en sentido inverso (geotropismo positivo).
