Skip to main content

El agua potable que nos llega ya sea desde nuestra casa o embotellada, es parte de un ciclo, para entender de mejor forma el enorme ciclo del agua, se ha clasificado los tipos de aguas del mundo, ya que no todas están en las mismas condiciones, de lo cual es posibles de clasificar de distintos modos, repasemos algunos de ellos.

En primer lugar las aguas se pueden calificar desde su lugar de procedencia, como son las aguas oceánicas, las cuales se nombran de dicha forma por estar en los formidables océanos que componen la mayor parte de la hidrosfera y cubren aproximadamente las tres cuartas partes del planeta. Los océanos yacen en profundas cuencas o depresiones marinas, en las que se captan las aguas de lluvias y de los ríos continentales. Actualmente son reconocidos cinco océanos: atlántico, pacifico, indico, glacial, ártico y glacial antártico.

Dentro de esta clasificación es posible de igual forma encontrar las aguas continentales que son aquellas que se localizan en los continentes y que han perdido su salinidad mediante evaporación, pues al pasar al estado gaseoso de ellas se desprende cualquier sustancia sólida, purificándose de manera natural. Por esta condición también se les llama aguas dulces, además de ser potables (en su estado original) y tener un sabor dulce para el ser humano quien las distingue de las aguas oceánicas a las que denomina por la misma razón, aguas saladas. Por último están las aguas subterráneas que resultan principalmente a partir de la infiltración de agua originariamente de lluvias, ríos, lagos, glaciares y, a niveles profundos, de océanos, estas pueden generarse también por actividad volcánica, o por medio de las aguas fósiles, las aguas quedaron atrapadas en etapas geológicas anteriores entre capas de rocas sedimentarias.

Otra forma de clasificar el agua, es definiéndola por la utilidad que el hombre puede extraer de ella, la más común es el «agua potable», que es la que puede ser consumida por personas y animales sin riesgo de contraer enfermedades. Ella surge en la mayoría de los casos del «agua dulce», que posee una baja concentración de sales, o generalmente considerada adecuada, previo tratamiento, para producir agua potable. Por último están las «aguas negras o servidas», que son el conjunto de las aguas que son contaminadas durante su empleo en actividades realizadas por las personas. Labores domésticas contaminan el agua, sobre todo, con residuos fecales y detergentes. En definitiva, son la consecuencia del vertido residual de materia orgánica, metales, aceites industriales e incluso radiactividad. Para evitar los problemas que pueden causar los contaminantes de las aguas residuales existen sistemas de depuración que sirven para devolverles las características físicas y químicas originales.

Enlaces recomendados:
http://mimosa.pntic.mec.es/~vgarci14/agua_potable.htm