Skip to main content

Datos biográficos

Mao Tse-tung o Sedong nació el 26 de diciembre de 1893, en Shaoshan, en la provincia china de Hunan. Hijo de campesinos, asistió a la escuela de su aldea y a los trece años comenzó a trabajar en tareas agrícolas.

Sin embargo, en 1918, el joven Mao dejó su hogar y entró en la Escuela Normal en Changsha para seguir la carrera de profesor. En este período entró en contacto con las ideas occidentales y con líderes del movimiento nacionalista chino.

Con el estallido de la revolución contra la dinastía manchú gobernante (1911), Mao decide enrolarse en el ejército revolucionario, en el que sirvió durante medio año. En 1912 se estableció la República China y, entre 1913 y 1918, prosiguió sus estudios en la Escuela Normal de Hunan, donde recibió cursos de historia, literatura y filosofía.

El 4 de mayo de 1919 estalló en Pekín la revuelta estudiantil contra Japón, en la que Mao Tse-tung tomó parte activa. Estos protestaban contra la decisión de las potencias occidentales (acuerdos de Versalles) de entregar a Japón territorios chinos que habían estado bajo dominación alemana.

Conflictos con Chiang Kai-shek

Tras la desilusión tanto de sus dirigentes históricos como del liberalismo occidental, Mao abrazó la doctrina marxista-leninista.

En 1921 participó de la fundación del Partido Comunista Chino en el congreso fundacional de Shangai. Dos años más tarde, Mao quedó a cargo de la organización de una alianza entre los comunistas y los nacionalistas (Kuomintang), la que tenía como objetivo combatir a los gobiernos militares del norte y centro del país. Sin embargo, la alianza con los nacionalistas se quebró cuando el líder de estos últimos, Chiang Kai-shek, se hizo del poder y casi aniquiló a los comunistas en 1927.

Mao, junto a un grupo de campesinos, se dirigió a la región montañosa de Jiangxi, desde donde dirigió una guerra de guerrillas que se prolongó por años.

El 10 de octubre de 1928 nació de manera oficial el gobierno nacional chino, con Chiang Kai-shek como presidente y con Nankín como capital.

En 1934, Chiang Kai-shek volvió a enfrentarse a Mao. Pero los comunistas fueron derrotados y se vieron obligados a trasladarse hacia el noroeste (Shaanxi), en lo que se conoció como la Larga Marcha.

La República Popular China

Entre tanto, los japoneses habían invadido el norte del país, lo que motivó una nueva alianza entre Mao Tse-tung y Chiang Kai-shek, para hacer frente al enemigo común (1938).

Tras la Segunda Guerra Mundial, se reanudó en China la guerra civil (1945-1949), en la que progresivamente fueron ganando terreno los comunistas.

El 1 de octubre de 1949 se proclamó la República Popular China, con su capital Pekín (Beijing) y a Mao como su presidente.

La principal preocupación del líder chino fueron los campesinos y para ello promovió una reforma agraria (1950), que involucró a 300 millones de campesinos.

Mao quería introducir un drástico y original proceso de reformas políticas, económicas y culturales. Si bien en un principio se siguió el modelo soviético para la instauración de una república socialista, con el tiempo se fueron introduciendo importantes cambios. Esto hizo que chinos y soviéticos se fueran distanciando cada vez más.

En 1956, lanzó la campaña de las cien flores, una política basada en la libertad de expresión que se proponía aprovechar las ideas capaces de enriquecer la vida nacional. Pero con este proceso de liberalización, las críticas a Mao se multiplicaron, por lo que el partido reanudó su tradición de censura y educación ideológica de las masas.

La revolución cultural

En 1966, Mao Tse-tung proclamó la Revolución Cultural, con el fin de depurar el aparato burocrático dentro del partido y restablecer su primacía en el poder.

Con la ayuda de los jóvenes de la Guardia Roja, logró desarticular a los revisionistas y a los contrarrevolucionarios y reorganizar el partido. Sin embargo, en nombre de la pureza ideológica y la imposición de la ortodoxia maoísta se cometieron muchas atrocidades.

Para cuando Mao murió (el 9 de septiembre de 1976), el ejército y la elite política estaban hastiados del ultraizquierdismo y querían un liderazgo más moderado. En forma progresiva, los sucesores de Mao abandonaron la ideología de este y adoptaron políticas más pragmáticas. En 1978, la Revolución Cultural se declaró oficialmente terminada.

El gran salto hacia adelante

La lentitud en el ritmo de las reformas indujo a Mao a aventurarse en lo que se conoció como el gran salto hacia adelante (1957-1958), que pretendió integrar algunos aspectos de la industria y de la agricultura y obtener un rendimiento mucho mayor de la fuerza de trabajo por medio de las «comunas populares». Sin embargo, en la práctica este esquema se tradujo en el trabajo forzado del pueblo y en un régimen de terror.

Como era de esperar, la iniciativa fracasó: hubo una abrupta disminución de la producción económica y una hambruna generalizada que provocó millones de muertes.

En 1959, Mao Tse-tung dejó su cargo como presidente chino, pero conservó la presidencia del partido. Desde este cargo dirigió la batalla ideológica contra las tendencias revisionistas (por pedir revisión ideológica del partido).