Había una vez unos niños llamados Freddy y Rocío. Una vez fueron a la playa con su padre y madre, de pronto se perdieron.
Ya era de noche y todavía no encontraban a nadie, lloraban hasta que de pronto se asomó un ovni. Se quedaron callados
y bajaron dos extraterrestres que eran iguales a ellos.
– Son iguales a nosotros -dijo Freddy-.
– Ahhhh, nos clonaron – dijo Rocío
– Solamente que son verdes -dijo Rocío muy soprendida-.
De repente iban acercándose más y más y la extraterrestre dijo:
– ¡Ustedes son iguales a nosotros no puede ser!
– ¡Arranca! -dijo Freddy-.
– ¡Corre! dice Rocío.
Luego de eso los clones dicen gritando:
– ¡No se arranquen, nosotros queremos ser sus amigos!
– Pero si ustedes son extraterrestres -dicen Freddy y Rocío-.
– Si, pero no importa como seamos, la amistad es más importante -dijeron los extraterrestres-.
– Bueno, seamos amigos -dijieron Freddy y Rocío al mismo tiempo-.
Al final Freddy y Rocío encontraron a sus papás y se hicieron amigos de los extraterrestres y nunca más se volvieron a perder gracias a que los extraterrestres los ayudaban.