Skip to main content

La estructura de una obra teatral está compuesta por una serie de elementos tales como el acto, el cuadro, el diálogo, etcétera.

El acto, también llamado jornada, es cada parte importante de la obra dramática; se anuncia con la subida (inicio) y bajada (final) del telón.

El cuadro es el cambio de decoración dentro del acto, producido por el quiebre de la unidad de lugar. La escena es el segmento del acto en que actúan los mismos personajes; se determina con la entrada o salida de ellos.

El entreacto o intermedio es la pausa que hay entre dos actos. El entreacto suspende la representación, pero no la acción, porque se puede fingir que siguen sucediendo aquellas cosas que no se podrían mostrar o también el paso del tiempo en días, meses o años.

El diálogo es la conversación entre dos o más personas, que alternadamente manifiestan sus ideas o afectos. Es la forma propia del teatro. El monólogo o soliloquio es el discurso que pronuncia un personaje, que se halla o cree hallarse solo en escena y en el que expresa su estado de ánimo o sus proyectos y pensamientos.

El aparte es la frase que dice un personaje fingiendo que la oye el público y no los otros actores que están en escena.

Lo que no puede faltar en la estructura de una obra teatral

En la representación teatral deben existir ciertos elementos que son esenciales para la puesta en escena:

Texto literario: texto creado por el autor de la obra, que contiene los diálogos de los actores. A veces -sobre todo en el teatro moderno- son los propios actores quienes lo van creando en los ensayos.

Director: persona que está cargo del montaje (armado de la obra) y de la dirección de los actores.

Actores: muestran lo que ocurre, y representan a los personajes a través de sus movimientos, actos y palabras.

Escenografía: conjunto de objetos y decorados que apoyan la representación.

Autor productivo

Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635), fue un poeta, novelista y dramaturgo español. Conocido como Fénix de los ingenios, cultivó todos los géneros vigentes en su tiempo, con una versatilidad y capacidad de producción casi increíbles: afirmaba haber escrito cerca de 1.500 obras teatrales, de las que se conservan 426.

Militar primero y, posteriormente, sacerdote, aunque esto último no le impidió tener numerosos romances, sus obras se caracterizan por estar inspiradas, la mayoría, en leyendas e historias populares, donde la acción domina sobre los personajes, así como sobre el contenido filosófico y moral.

Rompió con el teatro renacentista de inspiración clásica, y con los límites entre lo trágico y lo cómico. Además, introdujo en el teatro español la figura del gracioso, un contrapunto humorístico de los personajes centrales.

Lope de Vega es el verdadero iniciador de la comedia española, que fue utilizada después como modelo por los futuros autores. En sus comedias defendió el uso de un lenguaje cercano al pueblo, pues a él iban dirigidas las obras.

Entre sus creaciones teatrales se pueden mencionar: El perro del hortelano, La dama boba, El caballero de Olmedo y la clásica Fuenteovejuna.