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Las aves son vertebrados, ya que tienen columna vertebral. Su esqueleto está completamente osificado, aunque gran parte de sus huesos son huecos (neumatización); así pesan menos para volar.

El encéfalo de las aves, proporcionalmente mayor que el de los reptiles, es corto y ancho. Su cerebelo regula y coordina los movimientos con mucha exactitud.

Su respiración es más eficiente que la de los mamíferos, ya que pueden estar a gran altura sin ninguna dificultad, como las aves rapaces. Los pulmones se comunican con los sacos aéreos, ubicados en el cuello, tórax y abdomen, que sirven como órganos ventiladores, mantienen la temperatura corporal constante y disminuyen el peso del animal durante el vuelo.

El sistema digestivo de las aves está formado por: la lengua, el esófago, el buche, de paredes blandas, que almacena y humedece el alimento; la molleja, cuyas paredes son musculares y ejercen una enorme fuerza sobre los alimentos hasta triturarlos; el estómago glandular, produce las secreciones que descomponen los alimentos para ser digeridos; el intestino es alargado, con numerosas asas y conduce a un recto más ancho; la cloaca es el apéndice hueco y cerrado donde desembocan los aparatos digestivo, excretor y el genital o reproductor; todo termina en el ano.

La fecundación de la aves es interna y su reproducción ovípara, es decir, mediante huevos.

Las hormonas producidas por las gónadas (órganos sexuales) regulan las características de hembra y macho, en especial el colorido del plumaje y otros adornos corporales que difieren en los dos sexos, como es el caso de las crestas y barbas de gallos y pavos. Cabe señalar que en las aves los machos suelen ser más coloridos y llamativos que las hembras.

Aves terrestres

Pese a lo que puedas creer, hay aves que no pueden volar, ya que sus alas se han reducido y pesan demasiado. La más típica representante de este grupo, es el avestruz, que puede llegar a pesar 150 kilos. También están los casuarios, emúes y ñandúes. Son tan grandes que se defienden tanto por su fuerza como por su rapidez en la carrera. La más grande de estas aves fue el ave elefante, de Madagascar, que habría pesado 450 kilos y que fue exterminada hace algunos siglos. Las aves acuáticas -como el pingüino- tampoco pueden volar, en su defecto nadan.