Fue obra de una comisión constituyente, en la que destacaron José Manuel Gandarillas y Mariano Egaña.
Estuvo vigente durante poco menos de un siglo, permitiendo instaurar el orden y la estabilidad en el país.
Se caracterizó por establecer un gobierno fuerte e impersonal con predominio de la figura presidencial, quien tenía la facultad de nombrar y destituir a los ministros de Estado. Estos también podían ser removidos de su cargo por acusación constitucional del Congreso.
– Limitó el territorio y reconoce el principio de soberanía nacional.
– Calificó al gobierno como popular representativo, y a la República como única e indivisible.
– Mantuvo a la religión católica, apostólica y romana como oficial, y también la división del Congreso en dos cámaras: de diputados y de senadores.
– El presidente podía ser elegido en votación indirecta por cinco años y ser reelecto para el período siguiente. Su función era administrar el Estado y era el jefe supremo de la Nación.
-Las normas relativas a la administración de la justicia eran breves. Su aplicación se confía al legislador.