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Si llega a fallar la hipófisis, que es la más importante de las glándulas endocrinas, se producen alteraciones hormonales también a nivel de la tiroides, las suprarrenales y las gónadas.

La existencia de tumores en la glándula pituitaria puede generar un exceso de somatotropina, una de las hormonas secretadas por la hipófisis. Esta anomalía provoca gigantismo en los jóvenes y acromegalia en los adultos, que se manifiesta por un agrandamiento gradual de las manos y los pies.

El hipopituitarismo origina un nivel avanzado de la enfermedad de Simmonds, que produce pérdida progresiva de peso, falta de energía, menstruaciones escasas y depresión síquica. La carencia de función de la hipófisis también causa enanismo, que se caracteriza por la falta de desarrollo físico en la altura.

Tiroides en mal estado

Cuando esta glándula no existe o funciona escasamente, se habla de hipotiroidismo. Si se trata de una ausencia, se presenta una condición conocida como cretinismo, la cual provoca retraso mental y enanismo. En caso de existir un funcionamiento incompleto, se produce aumento de peso, falta de energía y también un retardo en la capacidad mental.

Por el contrario, cuando la actividad de la tiroides es excesiva se habla de hipertiroidismo, situación que puede provocar la enfermedad de Basedow, cuyos síntomas característicos son la exoftalmia (ojos saltones), pronunciada pérdida de peso, nerviosismo, irritabilidad y, en ocasiones, problemas cardíacos.

Problemas de la paratiroides

Cuando se produce hiperparatiroidismo, aumenta la cantidad de calcio que circula por la corriente sanguínea, lo que también se aprecia en la orina, la cual puede registrar índices enormemente elevados de este elemento. Esto puede derivar en la formación de cálculos en los riñones y una pérdida del calcio de los huesos.

Si se produce el fenómeno inverso, es decir hipoparatiroidismo, la disminución del calcio en la sangre y el aumento del fósforo provocan tetania, patología que se caracteriza por la dificultad en la contracción muscular, sensación de adormecimiento en las extremidades y calambres.

Diabetes mellitus

El organismo también puede sufrir alteraciones si el páncreas sufre alguna dolencia, particularmente sus islotes de Langerhans, o si es extirpado. Esto acarrea un incremento de azúcar en la sangre y en la orina, dando lugar a la diabetes mellitus.

Por otra parte, al haber un exceso de azúcar en la sangre, por falta de insulina, los músculos no dan abasto para utilizar la glucosa. Por lo mismo, se produce un aumento exagerado de orina, para mantener el excedente de azúcar en disolución.

Suprarrenales defectuosas

La excesiva función de las suprarrenales da origen a la enfermedad de Cushing, que puede deberse a un superávit de hormonas esteroides, como el cortisol, o a una falla en la hipófisis. Es típica de los adultos, y se caracteriza por una obesidad evidente en la cara, tórax y abdomen, además de piel punteada, contusiones en las extremidades, presión alta e insuficiencia cardíaca.

Cuando hay hipofunción, se presenta la enfermedad de Adisson, producida por la destrucción de la corteza adrenal debido a un problema de autoinmunidad. Sus síntomas son: marcada falta de apetito, pérdida de peso, sensación de cansancio creciente, debilidad y anemia.

Afecciones a las gónadas

Estos órganos pueden sufrir alteraciones como consecuencia de un mal funcionamiento de la hipófisis o bien de sus propias glándulas.

En el caso de los hombres, la disminución en la función del testículo causa el hipogonadismo masculino, que puede provocar, a su vez, el eunucoidismo, cuyas consecuencias son: elevada estatura, ausencia de vello en cara y cuerpo, tono de voz agudo, escaso desarrollo muscular y genitales de diminuto tamaño.

Para las mujeres, las alteraciones de las glándulas sexuales están muy ligadas a los trastornos de los ciclos menstruales, ya que estos son efecto de la interacción de las hormonas y unos productos químicos parecidos, producidos en el hipotálamo, la glándula hipofisiaria y los ovarios. El principal síntoma de cualquier disfunción en la producción de hormonas sexuales es la irregularidad de los períodos menstruales o su ausencia, anomalía que en este último caso se llama amenorrea.

Si es la hipófisis la causante de la alteración, seguramente se presentarán cambios en otras hormonas elaboradas por ella.

Demasiado pelo

Si bien en muchos hombres se da la hipertricosis, es decir, la aparición de pelo en zonas en que normalmente no debiera salir, y que, a veces, les da el aspecto de “hombres-lobo”, esto no es provocado por algún desorden hormonal.

Sin embargo, en el caso del hirsutismo, algunas mujeres presentan un desarrollo exagerado del pelo, el cual es grueso, pigmentado y largo. Además, esto afecta a lugares del cuerpo que en condiciones normales presentan muy poco crecimiento piloso (pelos), como el tórax, abdomen, espalda, brazos, muslos, mentón y sobre el labio superior. Aquí sí se dan, entre otros, factores hormonales, pues estas áreas del cuerpo son muy sensibles a la acción de los andrógenos, hormonas que estimulan la formación de las características sexuales masculinas. De acuerdo a ello, este fenómeno se produciría como consecuencia de una elevación de la testosterona, principal andrógeno del organismo.