Si bien Estados Unidos se había mantenido neutral durante la Segunda Guerra Mundial, con lentitud comenzó a mostrar sus preferencias por los aliados, a los cuales ayudó económicamente, sobre todo a Inglaterra. Sin embargo, Japón, que con su agresión a Tailandia e Indochina había provocado una gran tensión en Asia, atacó con 250 aviones, sin previa declaración de guerra, a la flota norteamericana en Pearl Harbor, Hawaii, el 7 de diciembre de 1941.
Aquella mañana parecía igual a cualquier otra en Pearl Harbor. La mayoría del personal de la Flota norteamericana del Pacífico gozaba de permisos de fin de semana y los buques permanecían fondeados en la tranquilidad de la bahía.
Pero a las 07:55, desde el cielo descendió el mayor – y más inesperado- de los ataques aéreos en contra de instalaciones estadounidenses.
Más de un centenar de aviones japoneses lanzaron su poder de fuego contra la base naval, tomando por sorpresa a todo el personal.
Frenéticamente los estadounidenses intentaron contraatacar al tiempo que trataban de sofocar los incendios en buques, diques y zonas de almacenamiento de combustible. Pero todo fue inútil.
Al mediodía, los aviones japoneses ya habían regresado a sus respectivos portaaviones, contando sólo 29 aparatos derribados. A sus espaldas quedaba el caos total: 19 navíos hundidos, 188 aviones destruidos en tierra, 159 averiados, 2.403 muertos y más de 1.100 heridos. Había sido un golpe terrible tanto para la Flota del Pacífico como para Estados Unidos mismo. Pero no era definitivo.
Uno de los principales objetivos del ataque japonés a Pearl Harbor, destruir o inutilizar los portaaviones estadounidenses, no se había logrado. Al momento del ataque, ninguno de estos navíos estaba en la base.
Al día siguiente, el Presidente Franklin Delano Roosevelt, en su discurso ante el Congreso, se refirió a la jornada anterior como "una fecha que vivirá en la infamia" y solicitó la autorización para declarar la guerra al Imperio Japonés, la cual fue concedida. Estados Unidos había ingresado a la Segunda Guerra Mundial.
En 1960 falleció el General Carlos Ibáñez del Campo