La pequeña Cenicienta no era la Cenicienta que limpia y limpia sin parar, sino que era Fe.
Bueno, para que sepan Fe era una diva y siempre cantaba en el bar de Waji Wan que era el más top del pueblo. Se disfrazaba de Cenicienta porque fue humillada por James Bond, el poeta más tranquilo e inspirador del mundo.
El príncipe no era el príncipe, sino el barredor de pisos del pueblo, llamado Francisco Hermosilla. Era príncipe porque su tío era el rey de Eslovaquia y le heredó el trono del pueblo.
En el gran baile, Fe bailó con Francisco, pero no aguantó las ganas de bailar a su estilo y se subió al escenario: «Nadie pasa de esta esquina, aquí mandan las divinas…Gasolina de verdad!», cantó.
Todos la miraron preguntándose qué pasaba, excepto Fran, que se impresionó al ver a Fe, la cantante más top y se enamoró de ella. Todos aplaudieron muy fuerte y ya no se sentía humillada.
Al día siguiente, Fe fue al palacio a buscar su chaleco dorado y ahí le dijeron que la querían contratar para hacer un show en el palacio. Y así fue, la Ceni fue top top en el palacio durante dos largos años.
Fran no resistió y fue a pedirle a Fe que casara con ella. Lo hicieron y tuvieron 9 hijos. Se compraron una casa en Lima, justo al lado de Falabella, porque Fe no podía pasar ni un día sin ir al centro comercial.
Sus hijos iban al colegio San Martín. La vida de Fe era excelente.
Un día en la noche, cuando todos en la casa estaban durmiendo, entraron unos ladrones que se robaron todo. Cuando la familia se despertó, vieron que no había nada, pero Francisco tenía un baúl donde guardaba dinero para una emergencia, que los ladrones no se robaron.
Pudieron comprar todo lo robado con la plata del baúl.
El hermano mayor, Topacio, no quería que a nadie que viviera en Lima le pasara lo mismo, así que por las noches se hacía pasar por TopMan!
Resumiendo, Fran falleció en un choque de autos. Eso arruinó la vida de Fe y su familia, y se hicieron pobres.
Para que los niños pudieran ir al colegio, se fueron con su tío Hearl y Fe ya no fue Fe, sino Cenicienta, la que limpia y limpia sin parar.
Por: Belén Jofré, 10 años. De Concepción, VIII Región.