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Una de las primeras preocupaciones de Bernardo O’Higgins al asumir el cargo de Director Supremo de la nación, el 16 de febrero de 1817, fue organizar un ejército nacional. Nació así el Ejército de Chile, que muy pronto superó numéricamente al Ejército de los Andes, el cual contaba con 4.400 hombres. O’Higgins estaba consciente de que la independencia no sería duradera sin un ejército aguerrido, disciplinado, y con un cuerpo de oficiales bien formado. De esta forma, en marzo de 1817, se creó una Academia Militar para formar a los oficiales. Entre sus primeros colaboradores se destacó el oficial francés Jorge Beauchef, quien desempeñó una fecunda labor en la organización inicial de la Academia.

Bernardo O’Higgins destinó el Convento de los Agustinos para sede de la Escuela Militar. En 1831 el plantel fue trasladado al Cuartel del Batallón de Infantería Cazadores, situado también en la calle Estado, entre Moneda y Agustinas. El establecimiento funcionó en este lugar hasta 1838, año en que fue disuelto. En 1841, la nueva Escuela Militar pasó a ocupar el edificio situado en la Calle de la Ollería; allí los jesuítas tenían una Casa de Ejercicios, que durante la guerra de Independencia fue convertida en maestranza. Posteriormente la Escuela Militar estuvo instalada en diferentes partes, hasta que se hizo urgente la construcción de un edificio definitivo y diseñado con este fin.

Durante el gobierno de don José Manuel Balmaceda se iniciaron las obras de construcción del edificio de la Escuela Militar, en la calle Blanco Encalada. Sólo a principios de siglo estuvo terminado y pudo ser ocupado, albergando a la Escuela durante más de medio siglo, y siendo el escenario de la trascendente modernización del Ejército confiada al general alemán Emil Körner.

El edificio, situado en la calle Blanco Encalada, entre las calles San Ignacio y Viel, comenzó a ser construido en 1878, según el proyecto del arquitecto Victor Henry Villanueve. De estilo neoclásico ecléctico, consta de dos pisos y una mansarda, sobre la fachada principal. En el primer nivel el muro predomina sobre el vano, y las ventanas de arco de medio punto marcan la modulación de la fachada. El acceso está marcado por dos volúmenes, con portones en cada uno de ellos, que sobresalen de la fachada y se prolongan hasta la cornisa del segundo piso, rematando en dos torreones que salen de un tercer piso amansardado. La fachada del segundo piso sigue la modulación del primero, pero con ventanas rectangulares de mayor altura y con pilastras de orden corintio intercaladas entre ellas. Una alta cornisa que recorre todo el edificio, es la base de la mansarda. En esta última los vanos y ornamentos acusan elementos decorativos de carácter ecléctico. En el interior, el edificio se ordena en torno a un patio con galerías en los dos primeros pisos. En general, se trata de una construcción de líneas simples y que constituye una valiosa muestra de la arquitectura de principios de siglo.

En 1965 la Escuela Militar fue trasladada al edificio que la alberga actualmente, y el inmueble de Blanco Encalada se convirtió en Escuela de Suboficiales, función que cumplió hasta 1995.

El Museo Histórico y Militar

El Museo Histórico y Militar fue inaugurado el 25 de noviembre de 1997. Esta construcción sufrió un incendio que destruyó la totalidad del edificio el 2 de febrero del año 2000, alcanzando a funcionar como Museo por dos años y medio, en lo que es conocido como el primer período de la institución.

Hasta hace poco, el Museo se encontraba en una etapa de marcha blanca, luego que se concluyera la restauración y los proyectos museográfico y de biblioteca. Así, el Museo Militar fue reinaugurado el 1° de septiembre de 2003 comenzando una nueva etapa de vida.

La Muestra

La implementación de la muestra comprendió tres etapas. La primera de ellas, inaugurada en diciembre de 2002, abarcó desde la primera sala «Edificio Alcázar» (dedicada a la Escuela Militar y a la Escuela de Suboficiales) otras seis salas de exhibición permanente, que van desde la presencia incaica en nuestro territorio hasta la sala que nos habla de la Consolidación de la Independencia de Chile y la Incorporación de Chiloé. Estas siete salas, distribuidas en la primera nave abarcan el período desde 1492 hasta 1826.

La segunda etapa, que constituye la segunda nave del edificio, fue inaugurada recientemente el 1 de septiembre de 2003, y contempla el período que va desde la República Portaliana y la Guerra contra la Confederación hasta el fin de la Guerra del Pacífico. Este período histórico comprende desde 1827 hasta 1883. La última etapa, y que está próxima a realizarse, contempla el período desde la prusianización del Ejército hasta nuestros días, abarcando temas como tecnología, deporte, misiones de paz y la relación del ejército con la civilidad incluso hasta el año 2014.

Paralelamente y en otra perspectiva, en el patio central del edificio, se exhibe una muestra de armamentos militares de tamaño mayor.

Con todo esto, el MHM busca resaltar los hechos militares más importantes acaecidos durante siglos, enmarcados en el acontecer general de cada período que se exhibe en las salas.

El Museo Histórico y Militar está ubicado a tan sólo dos cuadras del Palacio Cousiño y del Parque O’Higgins, y se encuentra a pasos de la Estación Toesca de la línea 2 del Metro.

Horarios: Abierto de martes a domingo de 10 a 17 horas. Hay visitas guiadas.

Sitio webMuseo Histórico Militar